Durante décadas en América Latina y en Bolivia hubo injerencia de organismos internacionales en políticas demográficas; en épocas dictatoriales hubo esterilización obligada, y luego se emplearon conceptos más potables como derechos reproductivos. Esa injerencia se debe a intereses económicos, neocoloniales y patriarcales, que interfieren en nuestros países, valiéndoles un pepino que las mujeres tengamos soberanía sobre nuestros cuerpos.

La mirada neocolonial y liberal planteó que la pobreza se debe al aumento de la población, pero sin mencionar la desigualdad en la distribución de la riqueza. De eso hablamos las Mujeres Creando cuando denunciamos el carácter imperialista y neocolonialista de organismos internacionales sobre nuestro país y sobre nuestros cuerpos. Las ONG que usan la despenalización del aborto como una bandera no son más que expropiadoras de las luchas de los movimientos de mujeres. Eso es neocolonial. Pero es curioso ver cómo la Iglesia Católica usa el argumento de la intromisión de ONG extranjeras en la despenalización del aborto. Sin embargo, sería buenísimo saber cómo se financia esa institución religiosa en Bolivia, ¿qué es Caritas Bolivia?

Ese también es uno de los argumentos de Alberto Salcedo, líder de la secta cristiana Ekklesía, quien además, desconociendo que las mujeres han practicado el aborto en todos los tiempos, sostiene que esa práctica viene de afuera. El Presidente en diferentes circunstancias se ha mostrado públicamente junto a ese pastor, y suponemos que, a la hora de la hora, le cobrarán la factura.

Autoridades de gobierno que tienen menor o mayor poder político se han manifestado a favor y en contra de la despenalización del aborto, incluido el Mandatario. Ante esto me parece importante recordar cuál fue la posición del MAS en el proceso de la Asamblea Constituyente. La derecha, la izquierda, los y las indigenistas y/o asambleístas del MAS, creyentes del catolicismo y del cristianismo, se unieron para impedir cualquier avance en ese tema; es más, bregaron por un retroceso sin reparos éticos, sin tomar en cuenta sus divergencias ideológicas y políticas.

El contexto de la Asamblea Constituyente fue la gran oportunidad para configurar un nuevo país, pero el MAS no cuestionó a la Iglesia Católica ni a ninguna otra. De hecho reforzaron posiciones retrógradas en problemáticas como las del aborto o el matrimonio y la unión entre personas del mismo sexo.

Sospecho que las manifestaciones públicas de autoridades gubernamentales que se pronuncian a favor o en contra del aborto son sólo por protagonismo personal o por distraccionismo, pues lo que estamos presenciando nos conduce a concluir que no hay una intención política honesta desde el poder para discutir sobre la despenalización del aborto en profundidad, a diferencia de lo que, me atrevo a afirmar, ocurre en la sociedad.

Como Mujeres Creando estamos en la lucha por la despenalización del aborto hace 20 años, y desde nuestro feminismo no dejaremos que las mujeres se mueran esperando las decisiones del poder político. Legisladores, curas, abogados, jueces, médicos, les comunicamos que nosotras parimos y nosotras decidimos. Las mujeres y los movimientos de mujeres somos quienes tenemos la palabra.