Icono del sitio La Razón

Difícil cruzada

El papa Francisco clausuró ayer la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud en Brasil, con una multitudinaria misa en la playa de Copacabana, a la que asistieron cerca de 3 millones de personas, según estimaciones del Vaticano.

Al finalizar la ceremonia, el primer Papa latinoamericano hizo un llamado a la Iglesia Católica para que sea un agente de cambio social que esté al servicio de las personas, y en especial de los más pobres. Para ello, agregó, hacen falta obispos y sacerdotes sencillos y austeros, que estén cerca de la gente, y no hombres ambiciosos, con “psicología de príncipes”. Un llamado agresivo y a la vez necesario, sobre todo tomando en cuenta la severa sangría de fieles que está sufriendo la Iglesia Católica, y no sólo de gente que se decanta por doctrinas cristianas protestantes, sino también de personas que, desilusionadas con el doble discurso y las acciones legalistas y hasta delictivas de muchos sacerdotes y monjas, han perdido la esperanza en la representación de la supuesta “embajada” de Dios en la Tierra.

Por todo ello y mucho más, Bergoglio se ha propuesto reformar la curia romana no sólo con palabras, sino también con gestos. Una cruzada larga y complicada, pero que sin duda debe emprenderse. Ojalá el papa Francisco tenga la entereza y la sabiduría necesarias para concretarla.