Medio siglo al servicio de Bolivia
Medio siglo de trabajo en la Agencia de Noticias Fides y 91 años de edad no son poca cosa
El 5 de agosto del año del Señor de 2013, la Agencia de Noticias Fides (ANF) cumplió su primer (¡!) medio siglo de vida, y al mismo tiempo, quien la echó andar al mundo cumplió sus 91 años de edad.
Lo primero que debo hacer en esta ocasión feliz es agradecer a la Divina Providencia por los favores hasta aquí recibidos; y enseguida, expresar mi sincera gratitud a todos aquellos que me han acompañado y ayudado en estos largos años de existencia laboriosa, con su amistad, su colaboración y paciencia, con sus buenos consejos y también con su crítica.
Medio siglo de trabajo en ANF y 91 años de edad no son poca cosa. Hubo tiempo para soñar, para trabajar y aprender, para fracasar y levantarse.
Sacar de la nada la primera agencia de noticias boliviana no fue una mala idea. Sostenerla y hacerla crecer fue todo un triunfo. Ganar la confianza de la buena gente fue una recompensa. Merecer la justa crítica, una enseñanza. Recibir alguna bofetada, un aprendizaje.
Mirando hacia atrás, sin dejar de mirar hacia adelante, quiero recordar con gozo la colaboración de muchos en la causa de la democracia en Bolivia.
Sea en tiempos de bonanza como en tiempos turbulentos. La fidelidad a los grandes principios de la convivencia humana; la constancia en la propuesta democrática, frente a los autoritarismos de todo color; la defensa del Estado Social de Derecho y sus instituciones fundamentales, eso es lo que hemos procurado hacer, entre todos.
Espero que de la gente que integra Agencia de Noticias Fides mantenga el mismo coraje que ha demostrado frente a las amenazas o a los halagos interesados. La libertad de prensa en el marco de la responsabilidad social será el desafío que el periodismo independiente habrá de sostener.
Creo que éste es el camino a seguir, mereciendo la credibilidad y el respeto de la sociedad a la que nos debemos. Mi deseo es reconocer y animar a quienes tomaron el testigo olímpico, y a los que siguen en la tarea que cumplieron hasta ahora con vocación, profesionalismo y sentido de servicio a Dios y a la patria. Cada uno, firme en su puesto. Por mi parte, ya les entregue el legado familiar. Ahora, como dijo Don Miguel de Unamuno, “Que inventen otros”.
No quisiera ser irreverente, pero aún contando con mis limitaciones y mis errores, me atrevo a repetir lo que San Pablo le escribía a su discípulo Timoteo: “He competido en la noble competición, he llegado a la meta en la carrera, he conservado la fe. Y desde ahora me aguarda la corona de la justicia que aquel Día me entregará el Señor, el justo Juez; y no solamente a mí, sino también a todos los que hayan esperado con amor su Manifestación”. (Segunda Carta a Timoteo 4:7-8). ¡Que así sea!
Es sacerdote jesuita, exdirector de la Agencia de Noticias Fides (ANF).