En julio de 2013, los precios de las materias primas que Bolivia exporta bajaron en 3,12% respecto al mes anterior (quinto mes consecutivo de bajas), y mostraron un descenso del 11% respecto a septiembre de 2012. Todos los precios bajaron en julio de 2013 respecto a junio: gas y petróleo (-3,14%), metales y minerales (-3,20%), productos agrícolas (-2,35%) y los productos forestales (-2%).

En este artículo analizaremos el comportamiento de los precios de los minerales que Bolivia exporta desde 2009, a través el Índice de Precios de Minerales y Metales y con base en las cotizaciones del London Metal Exchange (LME). Los minerales fueron los primeros en subir desde enero de 2003, después de que se produjo el punto de inflexión de la tendencia de precios de la baja hacia el alza; asimismo, fueron los primeros en cambiar de tendencia del alza a la baja en abril de 2011. Desde abril de 2011 hasta julio de 2013, los precios de los minerales bajaron lenta y sostenidamente. El descenso acumulado en 27 meses de caídas (desde mayo 2011 hasta julio de 2013) llegó al 39,3%. El Índice de Precios de Minerales y Metales alcanzó su cima en abril de 2011 (598); en julio de 2013, el índice bajó hasta 363.

El análisis del mercado de metales debe realizarse a partir de la crisis financiera global del capitalismo, abarcando los factores estructurales y cíclicos del mercado. El capitalismo enfrenta una crisis de sobreproducción generalizada, que al culminar en deflación, provoca el abaratamiento de la fuerza de trabajo y de los bienes de capital, y propicia la emergencia de innovaciones y cambios tecnológicos, dando inicio a una larga onda expansiva una vez recuperada la tasa de ganancia, reanudando así el proceso de acumulación del capital. La política contra-cíclica (Keynesiana y neoclásica) ha intentado (sin éxito) impedir la deflación y sólo han logrado dilatar y profundizar la crisis mediante el apalancamiento financiero.

El recalentamiento de las economías emergentes (BRICS) entre 2010 y 2011 dio paso a políticas monetarias más prudentes, afectando su crecimiento. La desaceleración de China y el riesgo de que experimente un aterrizaje forzoso nos llevaría a un brusco descenso en los precios de los metales. A su vez, las señales contradictorias sobre el fin anticipado de la política de flexibilización cuantitativa de la Reserva Federal estadounidense han causado turbulencias en los mercados financieros de los países emergentes, afectando el rendimiento esperado de las acciones y productos básicos, y fortaleciendo las divisas y valores tradicionales. Sin embargo, la caída brusca del oro y la plata no puede verse como una señal del éxito de la política contracíclica de los países desarrollados. Estos factores estructurales y cíclicos explican por qué el boom de precios de los productos básicos ha pasado y hemos ingresado a un largo periodo de vacas flacas.