Despenalizar el aborto
El derecho a decidir es constitucional. Las mujeres queremos decidir en libertad de conciencia
La propuesta de despenalización del aborto es un instrumento para medir los grados de misoginia, hipocresía y colonialismo. Las fanáticas opiniones de hombres sobre los cuerpos y las decisiones legítimas de nosotras, las mujeres, es muestra de una sociedad profundamente patriarcal y colonial.
En ningún momento se está hablando de propiciar el aborto, mucho menos de legalizarlo; otra cosa es despenalizar el aborto para tener el derecho a decidir. Por lo menos en la lucha del feminismo comunitario, no queremos que nadie decida por nosotras.
Nadie quiere abortar, si se aborta es por desesperación, por violencias sociales, desde económicas hasta sexuales. Si se aborta es por una práctica machista (por parte de hombres y mujeres) de la sexualidad, donde los cuerpos de las mujeres no son respetados.
El aborto es un grave problema en nuestra sociedad. Su penalización es usada por los aborteros para convertirlo en un negocio. El abuso sexual y las violaciones en las mesas de aborto causan la muerte de mujeres y una realidad de hijos no deseados. Esas son las consecuencias de una sociedad hipócrita.
Las mujeres queremos decidir en libertad de conciencia. ¿Cuál es el miedo a las decisiones libres y despenalizadas de las mujeres? ¿Es qué debemos ser tuteladas y controladas? ¿Entonces, cuál igualdad de derechos entre hombres y mujeres? ¡Es constitucional el derecho a decidir!
Este es el contenido de mi artículo del anterior domingo, pero resulta que el editor de Opinión de La Razón, Gonzalo Jordán Lora, expresando su prejuicio machista, no sé si consciente o inconscientemente, cambió sin consulta el título original (“Defender la Constitución es despenalizar el aborto”) por “Aborto y defensa de la Constitución”. El aborto no es una defensa de la Constitución; eso será lo que Jordán piensa, pero no es lo que yo pienso. Porque la discusión no es sobre aborto, sino sobre despenalización del aborto.
No pide disculpas por semejante manipulación de mi columna, y de paso quiere que crea que son cambios formales. ¡Por favor! El título para una columna es como la tapa de un periódico y tiene esas consecuencias periodísticas, por si no lo sabe. Gracias a la dirección del periódico por el espacio para derecho a réplica.
NdE. La extensión para el título de la columna de Julieta Paredes es de hasta 34 caracteres con espacios; sin embargo, para el domingo ella envió un encabezado de 55 caracteres con espacios. Cuando ocurre este tipo de excesos, necesariamente se deben hacer ajustes para que el título, o bien el texto, cumplan con los límites de extensión. No se trata de un prejuicio machista, sino de una restricción formal. En cuanto al título modificado (“Aborto y defensa de la Constitución”), éste claramente no sugiere que el aborto sea una defensa de la CPE, sencillamente rescata los dos temas tratados en el artículo de Paredes.