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El año de la inversión pública

Hay que considerar que este 2013 es un año bastante importante por muchas connotaciones, sobre todo de orden económico y también político. Es un año preelectoral, lo que hace que las autoridades estén pendientes de reflejar una buena gestión que garantice —por qué no— su posterior y próxima reelección. Pero sin duda alguna este 2013 (o al menos lo que queda de él) está invitado a ser un año donde la inversión, principalmente pública, sea significativa para el país.

Debemos considerar, estimados lectores, que hoy en día la principal diferencia entre los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo es la infraestructura que poseen los primeros, a diferencia nuestra, sin olvidar también el grado de equipamiento, de desarrollo tecnológico, capacitación, etcétera.

Las asimetrías estructurales en infraestructura —ya sea caminera, social (donde se consideran sectores como salud, educación, etc.) o productiva— son determinantes a la hora de reducir las brechas entre naciones, y así poder ser un país más desarrollado, que le pueda brindar mejores condiciones de vida a todos y cada uno de los bolivianos.

Huelga recordar que la inversión en caminos, en carreteras, hace que los costos de transporte se abaraten; evita además que nuestros productos estén días enteros en tránsito, en rutas inadecuadas, poniendo en peligro su buen estado y calidad cuando se trata de alimentos, etc. Hecho que sin duda repercute a la hora de competir en los mercados nacionales e internacionales.

Además, la inversión pública debe reflejar un impacto favorable e importante en salud, educación y en desarrollo productivo; puesto que solamente de esta forma los niveles de bienestar de la población, en especial de los estratos con escasos recursos, podrán ir paleándose, a medida que el tiempo pase, logrando la tan ansiada meta de un mayor desarrollo económico del país.

Por lo tanto, no debemos olvidar que el éxito de este proceso está exclusivamente en manos de las autoridades que toman decisiones, ya sea que formen parte de un gobierno municipal, departamental o de una institución pública nacional. Todas estas instituciones gubernamentales deberían reflejar un alto nivel de ejecución del gasto en inversión, más aún si consideramos que para esta gestión se asignaron $us 4.648 millones para tal efecto. Siendo esta cantidad de recursos la más alta de la historia del país en esta área de las finanzas públicas.

Asimismo, cabe señalar que el crecimiento del mencionado presupuesto en inversión pública (de $us 629 millones en la gestión 2005 hasta los $us 4.648 millones actuales, más de siete veces) implica que la falta de recursos económicos ya no sea un problema. Por lo tanto, la ejecución óptima de estos recursos por parte de las autoridades competentes es la última tarea pendiente, puesto que hasta el primer semestre de este año sólo se ejecutaron $us 1.191 millones, es decir un 26% del total. Es así que esperemos que al concluir la presente gestión se obtengan resultados eficientes, considerando la importancia que tiene el uso de estos recursos, por lo que consideramos que a estas alturas del partido todas las autoridades deberían estar, como dice el pintor, “con las manos en la obra”.