Siria y la Guerra Fría
¿Por qué, transcurridos dos años, el eje Oriente-Occidente sigue instrumentalizando la guerra en Siria?
Tras dos años de guerra civil en Siria, las cifras hablan por sí solas: más de 110.000 muertos y 7 millones de personas desplazadas dentro y fuera del país. Asimismo, como sucediera en 2011 con Libia, se vuelve a dejar en evidencia hasta qué punto es incapaz e instrumental toda la arquitectura institucional de la comunidad internacional.
Como resultase en el conflicto de Irak, atendemos a una nueva guerra ilegal, cuyo resultado es la evidencia de cómo los discursos filantrópicos, las narrativas justificadoras a intervenciones militares y los protocolos ante la “responsabilidad de proteger” no son más que artificios que operan (de un modo u otro) según el interés geoestratégico de turno, las urgencias y los actores que intervengan tras él.
Y es en ese punto donde la comunidad internacional, y concretamente Estados Unidos, sus aliados en la región (como Qatar y Arabia Saudí), y la Unión Europea, por un lado; y Rusia e Irán por otro, han utilizado la guerra como la única posibilidad a tener en cuenta, desatendiendo cualquier mecanismo preventivo, alternativo. Primero porque no existe. Segundo, porque no puede existir por la propia naturaleza conflictual constituida en el sistema internacional.
Sinceramente, el debate no está en que intervenga Estados Unidos en una guerra o no; en si hay armas químicas o no. El debate debe estar en por qué, transcurridos dos años, se sigue instrumentalizado la guerra civil en Siria por parte del eje Oriente-Occidente, llevando consigo un único perdedor, la población siria, y rememorando los tiempos del orden geopolítico de la Guerra Fría.
Por un lado, Rusia e Irán, nutriendo de armas y apoyando al régimen de Bashar al Asad (un régimen, valga la pena recordar, tirano y represor con todo lo que se le parezca a los derechos humanos); por otro, Estados Unidos y algunos países europeos, que sin tener mayor interés en Siria y mucho menos en la democracia de Oriente Medio, encuentran el filón idóneo para una potencial y futura intervención en Irán (para llegar a Teherán, es mucho más sencillo si se parte desde Damasco).
Dadas estas circunstancias, que alguien me explique para qué sirve el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas o el Derecho Internacional. Las relaciones internacionales, por desgracia, están marcadas por la hipocresía, por los intereses de Estado y por una distribución desigual del poder que es la que configura su propia lógica de funcionamiento. No sé si otro mundo es posible, pero desde luego, y dadas las circunstancias, no hay lugar a dudas de que otro mundo es más que deseable.