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Los comicios mediáticos ya empezaron

Falta más de un año para las próximas elecciones gene- rales que seguramente se realizarán en octubre de 2014. Y deben esperarse al menos siete meses para que las distintas candidaturas puedan hacer campaña electoral. Ni qué decir de los 11 meses que nos separan del periodo de propaganda electoral en medios de comunicación. Todos estos periodos, establecidos en la norma para precautelar la votación, han sido sobradamente desbordados: los comicios mediáticos 2014 ya están aquí.

Sobre esta cuestión conversamos el pasado viernes con el amigo Fernando Mayorga en Cochabamba a propósito de la presentación del libro Comicios mediáticos, que analiza el desempeño de los medios en las elecciones generales de 2009. La pretensión es replicar dicho estudio para los próximos comicios a fin de contar con una comparación (cinco años después) y, lo más importante, poner a prueba los retos que plantea esta investigación en torno a lo que llamamos “una agenda mediática de calidad”.

¿Cuándo empezar? En rigor, si nos atenemos a los plazos de la Ley del Régimen Electoral, y asumiendo que las elecciones serán en octubre, el monitoreo de los medios objeto de estudio debiera hacerse tres meses antes, esto es, desde princi-pios de julio de 2014. Pero es evidente que para entonces los comicios mediáticos (que tienen lugar en la agenda de los medios) ya habrán seguido un largo, definitorio recorrido. Así lo demuestran los precoces “sucesos de campaña” de las últimas semanas. Veamos.

En la agenda informativa de los diarios de referencia, cadenas radiales y redes de televisión, luego del cuarto de hora noticioso sobre la habilitación constitucional del presidente Morales en faena de re-reelección y a la espera del binomio oficial, ahora los reflectores mediáticos están puestos en la edificación, también mediática, de frentes amplios de la oposición (ya van tres y medio). Circula así información sobre proclamaciones, convocatorias, alianzas, manifiestos, apariciones públicas…

¿Y la propaganda? ¿Se difunden ya, en los medios, contenidos electorales? “Se entiende por propaganda electoral (dice la ley) todo mensaje difundido con el propósito de promover organizaciones políticas y candidaturas, exponer programas de gobierno y/o solicitar el voto”. Es cierto que no hay solicitud explícita del voto y que los “programas” enfatizan por ahora la Agenda Patriótica, de un lado, y el antievismo, del otro, pero sobran mensajes, con dife-rentes fuentes, promoviendo candidaturas.

Ni qué decir de la agenda de opinión. Tanto en editoriales como en espacios propiamente de opinión, los comicios mediáticos 2014 están claramente instalados en los medios (una muestra es la presente columna). Desde la vereda opositora y, con menos presencia, desde el oficialismo, diferentes ana-listas políticos (varios con falaz ropaje de “independientes”) respaldan/impugnan candidatos, comparan perfiles, expresan deseos, hacen pronósticos, “acompañan”…

¿Y las encuestas de intención de voto? Si las elecciones fuesen mañana… Si  sólo hubiese tales candidatos… ¿Por quién votaría? A tono con la probable reelección presidencial, la anticipada proclamación informal de candidaturas y la disputa entre los frentes amplios opositores (tras el fracaso de su frente único), algunos medios de comunicación ya generan-exponen datos, perfilan preferencias electorales, anticipan ganador/perdedores. No está de regreso: la “sondeocracia” nunca se fue.

Comicios mediáticos en forma. La prematura disputa política en los medios, tanto masivos como de na-turaleza interactiva, no sólo constituye un preludio/anticipo del proceso electoral, también puede modelarlo, darle cauce. Y es que la (no) calidad de la agenda mediática, además de revelar los patios interiores de la mediatización nuestra de cada día, trasluce la alta/baja intensidad de la democracia boliviana realmente insistente: tan cerca de las urnas, tan lejos de la demodiversidad, todavía. Corre cuenta progresiva…

Es comunicador.