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Reflexión profunda

Hay mentes claras y mentes preclaras, como la de Sócrates, la de Gandhi o la del jefe indio Seattle; toman siglos en aparecer, pero cuando lo hacen… ¡iluminan el futuro! En nuestra América, milagrosamente tenemos una, la de Pepe Mujica, presidente del Uruguay, quizá la única en la Historia que ha llegado a una posición de mandatario de un país y consciencia oficial de un continente. Esta semana en la reunión sobre medio ambiente en Río, pronunció el discurso sobre el desarrollo global y sobre nuestro futuro más importante y actual de la historia, deja atrás, por mucho, a Al Gore o al Club de Roma en este siglo (búsquenlo en Youtube: Pepe Mujica + 20, y atesórenlo). ¡Simplemente quedé anonadado ante cada frase! El choque que produce puede cambiar nuestra consciencia para siempre. Voy a citar simplemente algunas de sus máximas, para que hoy sábado reflexionemos profundamente y re-examinemos nuestro objetivo de vida:

“Hemos creado esta civilización en la que hoy estamos: hija del mercado, hija de la competencia y que ha deparado un progreso material portentoso y explosivo (…) Y uno se hace esta pregunta: ¿ese es el destino de la vida humana?¿Solamente consumir? (…) No se trata de plantearnos el volver a la época del hombre de las cavernas, ni de tener un monumento al atraso. Pero NO podemos seguir, indefinidamente, gobernados por el mercado, sino que tenemos que gobernar al mercado.”

“¿Qué es lo que aletea en nuestras cabezas? ¿El modelo de desarrollo y de consumo que queremos es el actual de las sociedades ricas? (…) ¿Tiene el mundo los elementos materiales como para hacer posible que 7.000 u 8.000 millones de personas puedan tener el mismo grado de consumo y de despilfarro que tienen las más opulentas sociedades occidentales? ¿Será eso posible? (…) Me hago esta pregunta: ¿qué le pasaría a este planeta si los hindúes tuvieran la misma proporción de autos por familia que tienen los alemanes? Cuánto oxígeno nos quedaría para poder respirar?”, (y agrega el columnista… todos aspiramos a comer y consumir como gringos en una pequeña navecita verde azul y blanca en que esto simplemente no es posible. ¿Puede ser el propósito de nuestra civilización la destrucción de nuestra nave como gorgojos en un barco de madera?).

“Sé que algunas cosas de las que estoy diciendo ‘rechinan’. Pero tenemos que darnos cuenta de que la crisis del agua y de la agresión al medio ambiente no es la causa. La causa es el modelo de civilización que hemos montado, y lo que tenemos que revisar, es nuestra forma de vivir. (…) Por ello digo, en mi humilde manera de pensar, que el problema que tenemos es de carácter político. Los viejos pensadores (Epicúreo, Séneca y también los aymaras) definían: ‘pobre no es el que tiene poco, sino el que necesita infinitamente mucho. Y desea más y más’. Esta es una clave de carácter cultural”.