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Cartografía ambiental

Durante los últimos 20 años hemos sido testigos de avances tecnológicos que han puesto al límite nuestra imaginación. Un claro ejemplo de ello es la tecnología actual de los sistemas de comunicación. Quién se hubiera imaginado que hablar hoy de “dispositivos móviles con pantalla táctil” fuera tan común. Ciertamente, la pregunta es ¿hasta dónde podremos llegar?

Estos avances se han dado también en otros campos, como la teledetección, también conocida como percepción remota. El desarrollo de esta disciplina científica nos permite hoy analizar temas con un nivel de detalle impensable hace 20 años. La gente familiarizada con sus metodologías y herramientas está viviendo una especie de catarsis con la llegada de las famosas imágenes Landsat 8. Bien por ellos.

La pregunta es ¿son suficientes estas tecnologías para atender y solucionar los temas socioambientales que nos preocupan? Indudablemente no, pero contar con datos robustos para tomar decisiones informadas es un gran paso.

El problema radica en que la información se encuentra dispersa, es poco accesible o finalmente no ha sido publicada, lo que produce diferentes niveles de conocimiento e inevitablemente distintas opiniones sobre un mismo tema. Por ejemplo, ¿cuál es la pérdida anual de bosques por deforestación?, ¿200.000 hectáreas, 300.000, 350.000? Concordarán conmigo que en este asunto, para cada cifra podemos encontrar adeptos y hasta creyentes.

Sin duda, el primer paso es recopilar y sistematizar la información cartográfica existente. El Gobierno ha iniciado interesantes procesos en ese sentido, que, como organizaciones de la sociedad civil, felicitamos. Estos procesos deben llevarse a cabo en un marco de cooperación interinstitucional claramente definido, que permita a corto plazo generar estándares y protocolos de acceso e intercambio de información.

La teledetección y la cartografía en general han permito ampliar la percepción de muchos problemas y sobre todo visibilizar sus posibles soluciones. Junto con promover y fortalecer redes de acceso e intercambio de información, es necesario insertar esta información en los procesos de toma de decisiones, lo cual depende invariablemente de la voluntad política del Estado en todos sus niveles. La escala municipal es la que ha generado más ejemplos positivos en ese sentido.