El compadre que quise clonar
Que Evo Morales y Juan del Granado se hayan agarrado a sablazos verbales en los últimos días no es una casualidad. Alguna vez aliados, ahora son encarnizados contendores electorales, al menos en La Paz, una de las plazas electorales más cotizadas para cualquier candidato. Cualquier foro sirve para atacar al otro, ocurre en ambos casos. El líder del Movimiento Sin Miedo (MSM) no tiene un adjetivo menos contundente que el de “autoritario” para el Presidente del Estado, y éste dice que aquél es neoliberal, y cómplice del proceso de capitalización y de la masacre de octubre de 2003.
El lunes 14, el MSM empapeló los muros de la ciudad con un sugestivo texto que contrapuso el ser “sin miedo” y el ser “con miedo”. Así, se leía que hay estudiantes, militares, jueces, periodistas o choferes con y sin miedo. Además, Del Granado apareció en un spot en la televisión, el primero de la serie electoral con miras a los comicios de 2014, en el que recordaba que encarceló a Luis García Meza, o insinuaba que el de ahora es un gobierno corrupto.
El Movimiento Al Socialismo (MAS) no desaprovechó la oportunidad para devolver gentilezas. Inunda la televisión con otro spot en el que le recuerda a Del Granado su alianza, a través del extinto Movimiento Bolivia Libre (MBL) del que éste fue parte, con el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Y remata el video: “Hay gonistas con miedo y gonistas sin miedo”.
La enemistad política actual entre ambos dista mucho del tiempo en que fueron correligionarios del proceso de cambio. Recuerdo cómo en 2009, en la inauguración de obras en el Parque Urbano Central de La Paz, Morales expresó su deseo de “clonar al Alcalde”. O la declaración de Del Granado en una entrevista en ATB, en enero de 2010: “(A Morales) lo aprecio, lo respeto, no solamente a mi compadre (por los 15 años de su hija Evaliz), sino a nuestro Presidente”.
No soy ingenuo para pensar que esa relación iba a ser eterna. Sin embargo, suena a impostura tremenda vendetta y animadversión políticas; de la noche a la mañana pensar que el uno es autoritario y el otro, gonista. ¿Acaso ambos no se conocieron con sus virtudes y defectos? Claro, aquí no importan las poses, hay un bien mayor: elecciones 2014.
Sinceramente, no creo que Del Granado sea gonista ni neoliberal. ¿Pasa pasa quizás? Salió del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR-Masas), fue parte vital del MBL y carga el infortunio de ser diputado de este partido cuando fue aliado del MNR, en el primer gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada. Pero también creo que Morales no es autoritario, quizás sea políticamente implacable con sus contendores o soberbio en el poder.
Sin embargo, no vamos a rasgarnos las vestiduras. De aquí en adelante, vamos a convivir con esa farsa electoral, en la que ahora mismo no están exentos Samuel Doria Medina, de Unidad Nacional (UN), ni Rubén Costas, del Movimiento Demócrata Social (MDS), los otros seguros postulantes para 2014. A ellos también les tocó la alusión de Morales. A uno le recordó que fue el vendedor de las empresas nacionales (cuando fue Ministro de Planificación en el gobierno de Jaime Paz Zamora); y al otro, de haber planeado la “separación” de Santa Cruz incluso desde 2003.
Pero todo ha empezado temprano, muy temprano. Si así comenzó, cómo terminará. Ya imagino a Morales despotricar por cómo pensó que alguna vez quiso clonar a Del Granado: —¡Carácteres, éste el compadre que quise clonar!