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Niebla tóxica

El lunes, varias ciudades del noreste de China, en las zonas fronterizas con Rusia y Corea del Norte, amanecieron cubiertas con una niebla tóxica por segundo día consecutivo. A raíz de la densa contaminación, que se prevé durará hasta el miércoles, decenas de escuelas, universidades, oficinas, calles y aeropuertos tuvieron que cerrar, por el riesgo que implica para la salud y la poca visibilidad (por debajo de los 50 metros en algunos lugares).

Las imágenes que están recorriendo el mundo permiten observar el precio, demasiado alto, que algunos países están pagando por el “progreso”. Hombres y mujeres envueltos en una espesa nube oscura, portando barbijos unos, cubriéndose la boca otros, tratando de llegar apresurados a algún lugar que los proteja.

Este fenómeno no constituye una sorpresa para las autoridades del país asiático. De hecho, a principios de año el Ministerio de Medioambiente chino admitió la existencia de pueblos con una alta incidencia de cáncer debido a la contaminación, según señala un plan de lucha contra la polución química revelado por la agencia France Presse.

Es de lamentar que las sociedades “civilizadas” tengan que llegar a extremos de esta naturaleza para recién tomar en serio el cuidado del medio ambiente, cuando prevenir resulta mucho más barato y efectivo que curar.