Icono del sitio La Razón

Microcréditos

Muhammad Yunus, premio Nobel de la Paz en 2006 por su contribución en la lucha contra la pobreza y la inclusión a través de microcréditos, estuvo de visita en el país, promocionando una nueva manera de hacer negocios, que pone énfasis no en la obtención de ganancias, sino en resolver problemas concretos, como el desempleo o la contaminación.

Cabe recordar que Yunus es el fundador del Banco Grameen, una institución pionera en ofrecer servicios de microfinanzas a sectores pobres, que eran excluidos del sistema financiero por no calificar según los criterios bancarios tradicionales. Gracias a este emprendimiento, cuya metodología fue adoptada por varias otras instituciones alrededor del mundo, más de 42 millones de personas en Bangladesh pudieron mejorar sus ingresos, ampliando, diversificando e incrementando la productividad de sus negocios con el apoyo de préstamos bancarios.

Consciente de que todo crédito conlleva una obligación que debe ser atendida, y que la ausencia de actividades que generen capacidad de pago obligaría al deudor a vender algún activo, empobreciéndolo, a este economista bengalí se le ocurrió combinar la entrega de servicios financieros (crédito y ahorro) con educación en diferentes áreas socioeconómicas y empresariales. Combinación que redujo la mora y generó grandes beneficios para los clientes, especialmente entre las mujeres pobres.

En efecto, varios estudios constataron por ejemplo que la valoración y participación en las decisiones familiares relacionadas con la educación y la salud de los hijos son mayores cuando la mujer es la titular del crédito, en lugar del esposo u otro miembro del hogar.

De igual manera se ha podido demostrar que las madres que participan en programas con servicios de crédito con educación adquieren mejores percepciones sobre la valoración de la salud y educación de sus hijos con relación a aquellas que utilizan un servicio de crédito puro. De allí que muchos de los programas hoy en día priorizan la entrega de microcréditos a mujeres pobres de zonas rurales (el 97% de los beneficiarios del Banco Grameen son de sexo femenino).

Por otra parte, la institución de Yunus fue una de las primeras en comprobar que la provisión a larga escala de servicios de microfinanzas a sectores pobres económicamente activos es sostenible, y que puede ser alcanzada a través de instituciones comerciales dentro del sistema financiero, sin la necesidad de subsidios. Lo que demuestra el gran potencial de los microcréditos para luchar contra la pobreza, habida cuenta de la gran capacidad que tienen las micro y pequeñas empresas para resolver problemas de empleo, distribución del ingreso y como instrumento para el crecimiento económico.