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Mayor conciencia

Urge concientizar a la población sobre la necesidad de una nueva forma de distribuir los recursos del Estado

/ 20 de noviembre de 2013 / 05:49

Desde hace varios años, cada elección de un centro de estudiantes, federación o rector se convierte en una batalla sin cuartel en las universidades estatales. Por ejemplo, según información publicada por los medios escritos, en los comicios por el Centro de Estudiantes de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho, en Tarija, llevados a cabo hace unas semanas, la lucha por el control de los Bs 500.000 que la dirigencia estudiantil de dicha carrera maneja al año —con destino incierto— derivó en peleas campales con palos, piedras, petardos y hasta dinamitas utilizadas por los estudiantes. En contraste, otra noticia destaca los logros alcanzados por la carrera de Ingeniería Textil de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), donde se enseña toda la cadena productiva de la industria textil, y hasta fin de año se invertirá Bs 325.000 para comprar nuevos equipos destinados a la práctica y enseñanza del estudiantado.

Estos ejemplos contrapuestos muestran cómo las universidades públicas utilizan los fondos que les son transferidos desde el Gobierno central, gracias a la recuperación y comercialización de los recursos naturales, cuyos excedentes hoy son redistribuidos con fines sociales y productivos.

Según el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, las transferencias a las universidades en 2013 sumarán cerca de Bs 3.540 millones, el mayor nivel histórico desde que en 1994 se diera inicio al proceso de distribución de recursos con la Ley de Participación Popular. Este incremento tiene en la coparticipación tributaria su principal fuente de ingreso, con casi el 48%; seguida por el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (29%) y los subsidios y subvenciones (23%).

No obstante, llama la atención que gran parte de este dinero se encuentre inactivo en las cuentas de caja y bancos de las universidades, con una tendencia creciente que permitió una acumulación de casi Bs 1.680 millones entre 2009 y 2013, lo que demuestra que una de las mayores debilidades de muchas de estas instituciones es la correcta ejecución de sus recursos. Ejemplos como el de la carrera de Ingeniería Textil de la UPEA son los menos. Al parecer, la mayoría de las casas de estudios superiores no saben qué hacer con el dinero que se les transfiere y/o bajo el manto de la autonomía lo (mal)gastan, entre otras cosas, en entradas folklóricas que a nombre de la cultura ocupan el tiempo de estudiantes, docentes y administrativos.

Ésta es una de las razones por las que urge iniciar un proceso de concientización ciudadana acerca de una nueva forma de distribución de los recursos del Estado, antes de abrir el debate sobre un posible pacto fiscal, de acuerdo con lo establecido en la Ley 039 de Autonomías y Descentralización.

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Metafísica de un ‘paro movilizado’

Las huelgas, paros y bloqueos limitan el progreso de las regiones donde se presentan.

/ 9 de septiembre de 2013 / 05:43

En esta oportunidad me permito recurrir a un término utilizado por Manuel Monroy Chazarreta El Papirri en una de sus más conocidas canciones: Metafísica popular, que recoge frases complejas y razonamientos contrapuestos frecuentemente utilizados en nuestro país. Si no la escucharon, se las recomiendo.

Hecha esta aclaración obligada en el marco del respeto de los derechos de autor, prosigo haciendo referencia a algo que ya es de conocimiento público, la molestia que generaron los resultados del Censo 2012 presentados el 31 de julio, entre aquellas agrupaciones cívicas de las distintas regiones del país, que vieron frustradas sus expectativas de crecimiento poblacional, asociadas a la distribución de recursos y escaños políticos. Una de ellas, la Asamblea de la Paceñidad, convocó a un “paro cívico movilizado” para el miércoles 11 de septiembre, debido a que los datos oficiales del Censo 2012 revelaron que el municipio de La Paz redujo su población de 793.293 a 764.617 habitantes; es decir, 28.676 ciudadanos menos que los registrados en 2001.

El aumento en el número de barrios en la urbe paceña, además de la construcción de edificios y viviendas en el último decenio, contradice los resultados del censo, según la Alcaldía. Por su lado, algunos investigadores manifestaron que esta disminución podría deberse a factores que van desde los limítrofes y cartográficos con los municipios aledaños hasta aquellos relacionados con la migración interna y externa. En línea con este último razonamiento, es necesario tomar en cuenta que buena parte del decenio que transcurrió entre el Censo de 2001 y el de 2012 estuvo caracterizado por un alto componente de inestabilidad política, que tuvo su centro precisamente en la ciudad de La Paz, por su condición de Sede de Gobierno.

En realidad, muchos de los conflictos sociales vividos en Bolivia en los últimos años (donde se destacan hitos fundamentales como la Guerra del Agua de 2000 y la Guerra del Gas de 2003), estuvieron relacionados con el actual proceso de cambio político, económico y social, precedido por el desgaste del modelo de libre mercado implantado después de que en 1982 diera inicio el proceso democrático.

En este escenario, no resulta descabellado suponer que los recurrentes paros y huelgas vividos en la ciudad de La Paz afectaron al sector productivo, que optó por asentarse en otras regiones como Santa Cruz, llevándose consigo a una parte de la población. A propósito, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), el aporte de La Paz a la economía nacional en 2001 era del 25%, mientras que en 2006 se redujo a 24%.

Hoy en día la situación adquiere otro cariz. Los datos manejados por la Fundación para el Desarrollo Empresarial (Fundempresa), muestran un registro creciente de empresas formales en toda Bolivia durante los últimos años y La Paz no es la excepción. Por ejemplo, entre enero y julio de 2013 se registraron 33.579 empresas en todo el país, 205% más que todos aquellos emprendimientos inscritos en el mismo periodo de tiempo del año anterior. De este total, aproximadamente tres cuartas partes se encuentran registrados en el eje central: 10.618 (32%) en Santa Cruz; 8.468 (25%) en La Paz y 6.591 (20%) en Cochabamba.

No obstante, es necesario tener en cuenta que cualquier huelga, paro o bloqueo desincentivará estos emprendimientos, principalmente los pequeños que están dando sus primeros pasos en el negocio. En otras palabras, este tipo de medidas de protesta resulta contraproducente para las regiones donde se presentan, ya que limitan su progreso, y lo peor, cuando abundan, “lo normal es estar mal”.

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