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25 años de cooperación española

El 11 de noviembre se cumplieron 25 años desde el nacimiento de la Agencia Española para la Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID). Su creación marcó en su momento un hito fundamental en la institucionalización del sistema español de cooperación.

Los logros alcanzados en estas dos largas décadas han sido muy importantes, no siendo el menor el alumbramiento de una potente cultura de la cooperación internacional en la sociedad española y en sus diferentes administraciones. Veinticinco años después, se hace preciso no sólo hacer balance, sino también diseñar un nuevo camino ante las realidades actuales.

Nos encontramos, en primer lugar, ante un mundo diferente al del pasado siglo. Las situaciones particulares de cada país han variado enormemente, pero sobre todo asistimos a la emergencia de nuevos factores globales que condicionan por completo la cooperación internacional: el cambio climático, los bienes públicos globales y los nuevos enfoques de derechos (agua, salud, libertad de elección, seguridad) dibujan un nuevo escenario.

A estos cambios se suma, en segundo lugar, un vibrante debate sobre los contenidos generales del desarrollo, al que la AECID no es ajena: la apropiación y alineación con las políticas de los países socios, la gobernanza general del sistema internacional y los enfoques, roles y actuaciones de los diversos actores. Se trata en suma de evaluar no sólo los resultados, sino también evitar la autosatisfacción y exigir una mayor coherencia y eficacia de las políticas de desarrollo aplicadas hasta la fecha. La finalización de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la elaboración de una nueva agenda post 2015 marcan sin duda un punto de partida oportuno para este ejercicio.

En el caso de América Latina, la cooperación internacional tiene aún un papel importante que jugar. Sin dejar de valorar los cambios trascendentales ocurridos durante las últimas décadas, persisten importantes desafíos en el ámbito de la institucionalidad, la consolidación democrática, la financiación de los bienes públicos globales, el reparto del excedente del crecimiento económico y la igualdad social y cultural, que interpelan a todos los actores públicos y privados. La cooperación española no es ajena a ello y por tanto ha tratado de impulsar en los últimos tiempos un proceso de renovación de enfoques y orientaciones que han quedado plasmados en el IV Plan Director 2013-2016. Este documento expresa en definitiva un conjunto de propuestas innovadoras para adaptar la gestión a los cambios habidos tanto en España como en el contexto regional, superando el clásico modelo donante norte-sur para incidir en la eficacia de la cooperación y en los modelos sostenibles de desarrollo.

A lo largo de los 25 años transcurridos desde su creación, la AECID ha afianzado su presencia en Bolivia, desplegando una extensa cobertura geográfica y sectorial en ámbitos como la gobernabilidad democrática, los derechos humanos, el desarrollo productivo, la educación o la cultura, comprometiendo múltiples recursos humanos, económicos y técnicos, siempre enmarcados en los objetivos generales y las prioridades específicas del país.

La ocasión es propicia para realizar con nuestros socios en Bolivia un balance de la experiencia acumulada, compartiendo las lecciones aprendidas. Esto permitirá establecer recomendaciones para mejorar nuestra presencia institucional, y elevar la calidad de las relaciones con las autoridades. El caudal de experiencia en Bolivia es extraordinario y la red de intereses tejidos con la sociedad e instituciones bolivianas muy extensa, una herencia que es preciso preservar de cara al futuro.

Bolivia ha cambiado en estos últimos años para mejor, y se encuentra en una situación en la que la Cooperación Española puede jugar un papel para contribuir a alcanzar las metas de sus ciudadanos, animados ahora por el horizonte  de la Agenda Patriótica 2025. En la tesitura actual, España ambiciona por encima de todo trabajar con los hombres y mujeres bolivianos para ayudar a alumbrar un futuro compartido: el de una Bolivia cada vez más próspera, democrática y plenamente soberana a la hora de elegir su propio camino en el mundo.