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El hombre que inspiró a millones

Madiba era más que un líder, sus acciones y palabras inspiraron a millones de personas en el mundo

/ 11 de diciembre de 2013 / 05:38

Nelson Rolihlahla Mandela, el primer presidente negro de Sudáfrica, cuya vida se caracterizó por una lucha incansable contra el racismo, fue uno de los estadistas más influyentes de la Historia. 

Mandela nació en 1918 en el pueblo de Mvezo en Transkei, en un hogar sumido en la pobreza. Ingresó en la universidad de Fort Hare para estudiar Derecho, la única institución educativa superior para negros. Ahí se convertiría en miembro del Congreso Nacional Africano (CNA); tiempo después fue expulsado de dicha universidad por sus actividades políticas. Sin embargo, continuó estudiando por correspondencia, completando su licenciatura en 1942.

En los siguientes años, trabajó en el CNA. Su principal tarea era la concientización de sus seguidores a ejercer una resistencia no violenta contra el apartheid. Una resistencia pacífica inspirada en la lucha de Mahatma Gandhi. Para 1960 su lucha por la liberación negra tuvo su primer punto de inflexión, cuando organizó, ya como presidente del CNA, una marcha por leyes a favor de los negros, la cual terminó con una represión policial que dejó más de 60 fallecidos. 

Dos años más tarde, Mandela fue arrestado, acusado y declarado culpable de conspiración y sabotaje. Delito que acarreaba la pena de muerte; sin embargo, le cambiaron la condena por cadena perpetua. Pasó 18 de sus 27 años de prisión en la cárcel de Robben Island, realizando trabajos forzados en la cantera del penal. Durante los años en los que estuvo preso, su imagen creció hasta ser venerada en Sudáfrica y muchos otros países del mundo. Una fuerte campaña internacional logró su traslado en 1982 a la prisión de Pollsmoor, cerca de Ciudad del Cabo, y posteriormente su libertad, en 1990.

Después de décadas de lucha contra el régimen de segregación racial instaurado en su nación por los gobernantes blancos de origen británico, en 1994 Mandela se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica. Un año atrás había sido nombrado Premio Nobel de la Paz. El día del juramento a la presidencia dijo: “Nunca, nunca, nunca más deberá volver a sufrir esta hermosa tierra la opresión de un hombre sobre otro”.

Uno de sus logros más importantes como mandatario fue la aprobación de una nueva Constitución, en la que se garantiza los derechos de todas las personas sin importar su color y origen racial, y se establece la abolición de la pena de muerte.

Nelson Mandela era más que un líder, sus acciones y sus palabras inspiraron a millones de personas en todo el mundo. En su último mensaje dijo: “La muerte es algo inevitable. Cuando  un hombre ha hecho lo que él considera como su deber para su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto, dormiré por toda la eternidad”.

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Vladímir Putin

El hombre amante  de los deportes extremos logró poner de vuelta a Rusia en el plano internacional

/ 7 de noviembre de 2013 / 04:24

Vladímir Putin se convirtió en el hombre más poderoso del mundo según la lista que elabora la revista Forbes cada año. Su intervención en el conflicto sirio, que evitó un ataque de EEUU y culminó con una resolución de la ONU para la eliminación del armamento químico de ese país, fue determinante para alcanzar tal posición.

¿Pero quién es el actual presidente de la Federación Rusa? Vladímir Vladímirovich Putin nació en San Petersburgo en 1952. Tras graduarse de Derecho con honores en la Universidad de Leningrado entró al servicio secreto ruso (KGB). Su habilidad para las labores de Inteligencia le valió un vertiginoso ascenso en su carrera, llegando a trabajar de manera directa con Boris Yeltsin, el primer presidente de la Rusia post URSS. En 1998, Yeltsin lo puso al mando del Servicio Federal de Seguridad,  luego lo nombró su Primer Ministro.

Su participación en la guerra contra guerrilleros separatistas que se apoderaron de Chechenia, logrando recuperar el control de esa capital, lo convirtió en el político ruso más popular. Esto le permitió ganar las elecciones presidenciales de 2000 con el 53% de los votos. Entonces recibió una Rusia destruida económicamente, en la que el 60% de la población sobrevivía con apenas dos dólares diarios, con una inflación del 84%, tasa de desempleo del 11% y crecimiento negativo del PIB.

Durante su primer mandato Putin promovió un cambio total del sistema constitucional y legal, al eliminar leyes locales que contradecían leyes federales. Separó del Gobierno a todos los gobernadores regionales que estaban en contra de las transformaciones, y empezó un gigantesco plan de expropiación contra los magnates y oligarcas poderosos de la industria, de las finanzas y las comunicaciones, quienes en el pasado gozaban de beneficios estatales. Muchas de estas medidas fueron criticadas por sus opositores, para quienes constituían un retroceso en las conquistas democráticas.

En su segundo mandato (2004-2008) impulsó profundas reformas en educación, vivienda y salud, mejorando los salarios de los trabajadores y las rentas; promocionó la inversión interna, alentó las inversiones extranjeras y logró convertir a Rusia en una superpotencia energética gracias al aumento de los precios del crudo y del gas entre 2000 y 2008. El crecimiento económico promedio de ese periodo fue de 7%.

Para 2012, año en el que ganó por tercera vez las elecciones presidenciales con el 64% de los votos, Rusia se convirtió en la cuarta economía de Europa y la novena en el ámbito mundial, con un producto interno bruto de 2 billones de dólares. El hombre amante de los deportes extremos, de la vida sana, logró poner de vuelta en el plano internacional a su país. Hoy en día no se concibe la idea de una Rusia sin Putin.

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Abuso sexual, una problemática social

Por el bien de los niños y de la sociedad entera, no se puede tolerar ningún tipo de abuso sexual

/ 2 de octubre de 2013 / 04:07

El abuso sexual infantil es mucho más que un delito por el cual el agresor debe ser castigado con todo el peso de la ley. Las consecuencias son devastadoras para la víctima. Estas consecuencias, físicas y emocionales, son de diverso tipo. En algunos casos, al haber sido agredidos sexualmente a su corta edad, las víctimas tienden a tener problemas de identidad sexual, o a manifestar rechazo hacia el sexo opuesto. En otros casos serán de carácter físico, como pesadillas, falta de sueño, pérdida de la atención. También pueden presentar cambios de conducta, que son aun más peligrosos, como consumo de drogas y alcohol en exceso, tendencias a autolesionarse o al suicidio. Para superar estas secuelas, en el corto y largo plazo las víctimas, requieren de un adecuado tratamiento psicológico, a través de profesionales.

¿Cómo evitar todo este sufrimiento a un menor?, es la pregunta que todos nos hacemos al ver las noticias todos los días en los medios de comunicación, cuando una niña o un niño es violado. No obstante, cuando uno indaga con mayor profundidad en el tema, se encuentra con una dura realidad, pues el problema se manifiesta más complejo de lo que pensamos.  Y es que en la mayoría de los casos, el abuso sexual infantil es cometido por los familiares cercanos de la víctima (padres, padrastros, tíos, primos, hermanos mayores, etc.); y muchas veces, por diferentes motivos (económicos, miedo por represalias del agresor, temor a la fragmentación del hogar, rechazo de la sociedad, etc.) la familia se convierte en cómplice del agresor, al mantener en secreto el acto incestuoso.

Esta realidad se refleja en las estadísticas: cerca de 14.000 niños o niñas sufren de abuso sexual anualmente en Bolivia, según datos de la organización no gubernamental IPAS. De esta cifra, el 67% ocurre dentro del hogar. Es decir que el agresor es alguien cercano a la familia. Según la Defensoría del Pueblo, en promedio cerca de 16 niños son violados cada día en el país. Datos la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de Santa Cruz señalan que las violaciones a menores  se incrementaron en un 27% entre en 2011 y 2012. En la ciudad de El Alto, por día dos niños son violados, según el Ministerio Público.

Estos números deberían servir para comprender que estamos frente a un problema social de primordial importancia, y que debe ser atendido en forma integral desde diferentes ámbitos de la sociedad. En el ámbito jurídico, se debe abordar la protección de la identidad de la víctima, la atención especial al momento de analizar su testimonio y por profesionales expertos. En el área emocional, se debe brindar una asistencia psicológica desde el primer momento de sufrida la agresión; en el hogar, se debe proporcionar información para una pronta y temprana detección de conductas incestuosas de familiares cercanos a la víctima. A su vez, los centros educativos deberían facilitar orientación a los menores sobre las conductas de los mayores hacia la posible víctima. Es decir, toda la sociedad debería estar involucrada en esta problemática. Por su propio bien y el de toda la sociedad, los niños sólo deberían preocuparse por ser felices, recibiendo cariño y seguridad en sus hogares; y de ninguna manera debería incrustarse el abuso sexual en sus vidas.

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