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Agendas incoherentes

La Ley de la Madre Tierra y Desarrollo Integral promueve procesos de gestión territorial para la promoción de las actividades productivas tomando como referencia el ordenamiento de las zonas y sistemas de vida, como una de las bases fundamentales para la planificación del desarrollo integral en armonía con la Madre Tierra para vivir bien.

Esto supone establecer el tamaño y ubicación de la superficie agropecuaria en base a la capacidad de uso mayor del suelo y a los límites máximos de aprovechamiento  de los componentes de la Madre Tierra en cada zona y sistema de vida. 

Por otra parte, se ha constituido la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra (Art. 53) y el Mecanismo Conjunto de Mitigación y Adaptación para el Manejo Integral y Sustentable de los Bosques y la Madre Tierra (Art. 54), como la institucionalidad estratégica para avanzar en la construcción de un nuevo enfoque productivo basado en la creación y fortalecimiento de “sistemas productivos sustentables”.

Pareciera que ambos instrumentos de política pública abren el camino para avanzar sobre un verdadero desarrollo integral, modelo de desarrollo propugnado por el Gobierno, ¿es así? Veamos. Mientras esta agenda de desarrollo integral se venía construyendo, otra agenda, la política, anunciaba la ampliación de la frontera agrícola en 13 millones de hectáreas hasta 2025 durante el “Encuentro agroindustrial productivo: más inversión”, en el marco de una supuesta política de seguridad alimentaria. 

¿Tiene esta política alguna coherencia con las disposiciones emitidas por la ley de la Madre Tierra? ¿Toma como referencia el ordenamiento de las zonas de vida y sistemas de vida? ¿Establece el tamaño y ubicación de la superficie agropecuaria en el país en base a la capacidad de uso mayor del suelo?, ¿y a los límites máximos de aprovechamiento en cada zona y sistema de vida? ¿Dónde, en esta agenda política, está la construcción de un nuevo enfoque productivo basado en la creación y fortalecimiento de “sistemas productivos sustentables”? ¿Asistieron a este encuentro agroindustrial las diversas representaciones de la economía productiva: empresarios y productores forestales, productores y cosechadoras de productos forestales no maderables, promotores del turismo y ecoturismo, pequeños productores ganaderos, pescadores o piscicultores?

La negación impera en las respuestas a estas preguntas, lo que nos ha llevado a un extremo burdo y evidente de manejo político, donde la Madre Tierra es utilizada en todas las palestras públicas como un discurso vanguardista y revolucionario, pero en la práctica prevalece el mismo modelo sectorialista, extractivista, depredador del medio ambiente y de concesiones políticas a corporaciones de actores productivos de poder.