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Meta 2015

El trabajo esclavo en talleres clandestinos de costura en Buenos Aires ha incrementado el número de enfermos de tuberculosis, donde la mayoría de los inmigrantes ilegales son bolivianos. La información proviene de una alerta difundida por la Justicia argentina basada en un informe elaborado por el Fiscal Federal, en el que concluye que el incremento de la enfermedad estaría relacionado con las condiciones de hacinamiento y extrema vulnerabilidad socioeconómica y cultural en que viven las víctimas de trata explotadas laboralmente, “muchas de ellas provenientes de países con altas tasas de incidencia de la tuberculosis, como Bolivia”.

A propósito de estos datos generados en Argentina, recordé la información del Ministerio de Salud de nuestro país de enero 2012, en la que señala que Bolivia es el tercer país con más enfermos de tuberculosis en la región, luego de Perú y Brasil; y que estamos dentro de los 12 países latinoamericanos observados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con las tasas más altas de tuberculosis.

En Bolivia, cada año se presentan 8.000 nuevos casos de este mal, que se contagia a través del aire cuando una persona afectada tose o estornuda. El mayor número de enfermos (3.075 casos) se ubicó en Santa Cruz (36%); La Paz concentra el 26,3% y el resto está repartido entre los otros siete departamentos.

El control de la tuberculosis se inició a partir del retorno de los excombatientes de la Guerra del Chaco (1935), cuando se registró el mayor número de casos por las condiciones de hambre, falta de descanso, precariedad y hacinamiento que los soldados padecieron durante el conflicto. En la década de 1970 se establecieron políticas internacionales de erradicación de la tuberculosis, acatadas por nuestro país. A partir de 2008 se emitió una norma boliviana por la cual se atiende a los pacientes de forma gratuita en todo su tratamiento. Desde entonces y de forma intermitente se han realizado campañas para que las personas que presenten síntomas de tuberculosis se hagan un análisis y el tratamiento correspondiente. En el programa participan las Fuerzas Armadas y el sistema de salud público, que está obligado a atender a los pacientes sin cobrarles un centavo.

En 2011 la Organización Mundial de la Salud (OMS) planteó a Bolivia cambiar su situación de país endémico de la tuberculosis deteniendo la enfermedad hasta el 2015. Para que esto suceda debe existir voluntad política y presupuesto garantizado, se debe insistir en la necesidad del apoyo familiar a los enfermos para que no abandonen su tratamiento, hay que mejorar el acceso a los centros de salud y combatir la discriminación a las personas con tuberculosis. En buenas cuentas, derrotar a la pobreza.