¡Jallalla Venezuela, fuerza!
Confío en que se superará el caudillismo que nos hace daño como pueblos
No soy una crédula de las elecciones, pues considero que la mayoría de las veces la democracia sirve para delegar responsabilidades que son de los pueblos, con el fin de arrebatarnos de las manos la creatividad popular para diseñar los rumbos de nuestras sociedades, nuestras vidas y nuestras relaciones con las otras personas y la naturaleza. En el peor de los casos, la democracia sirvió para legitimar dictaduras como las de Hugo Banzer, el ADN de Tuto Quiroga y los derechistas de la ex “media luna”. La democracia también usa las manipulaciones de los grandes capitales de los medios de comunicación social y las agencias de encuestas previas.
Los pueblos de Bolivia y Venezuela han sorteado todos estos elementos de una manera admirable. Por ejemplo, nadie pensó que el hermano Evo recibiría una extraordinaria votación en el revocatorio. Bueno, hoy quiero recordar mi experiencia en las elecciones en Venezuela, a donde fui por invitación de la Corte Electoral venezolana como veedora internacional de los movimientos sociales bolivianos.
Lo primero que me conmovió es que las mujeres y hombres del pueblo venezolano hacían filas desde muy temprano (4 o 5 de la mañana) para votar, ¡eso aquí, en Bolivia, imposible! Luego, mi asombro creció cuando supe que no era obligatorio votar y que tampoco había penalizaciones por no hacerlo. ¿Por qué quiero recordar esto?, pues porque es el pueblo venezolano el que quiere el chavismo en el Gobierno y ahora hay una crisis política. Es difícil hacer chavismo sin el símbolo ni la presencia del compañero y hermano Hugo Chávez, y confío en que se superará el caudillismo que nos hace daño como pueblos, para recuperar la fuerza, la energía de la reflexión y de la crítica, continuar con la ilusión y la esperanza de construir y tener la sabiduría de cuidarse de la intromisión de corruptos, machistas y fascistas dentro de las organizaciones sociales, que le harán daño a la revolución bolivariana desde adentro.
Dicho esto, manifiesto mi indignación por toda la confabulación de los medios de comunicación imperialistas y neocoloniales, que están cuidando los intereses burgueses en Venezuela. Claramente son jovencitos yupis y las fashion venezolanas quienes salieron a protestar, mostrando que son bien fascistas a la hora de movilizarse. No es que guardan la compostura empresarial de sus convenciones ni de sus recepciones sociales; ellos y ellas gritan, pegan, escupen, matan y lloran con los gases. Claro, siempre tienen a su servicio a los maleantes que se alquilan a cualquiera.
En las calles se ve la rabia racista y clasista de los “patroncitos” que ven que los peones y trabajadores y trabajadoras de sus padres no les servirán más, ni a ellos ni a nadie; ya se rebelaron y por más látigo que hagan zumbar en las calles, el pueblo ya les perdió el miedo; eso ha logrado la revolución bolivariana, dignidad, esperanza, organización. Las feministas comunitarias estamos con ustedes, hermanas y hermanos venezolanos, y denunciamos esta escalada fascista orquestada por el fascismo de EEUU y la derecha del continente. ¡¡¡Jallalla Venezuela!!!