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Humanitarismo digital

La tecnología móvil de celulares, desde el envío simple de SMS hasta funciones más complejas como alimentar un mapa desde un smartphone, han contribuido en la respuesta a desastres en varios países.

El primer caso fue el dramático terremoto de Haití el 12 de enero de 2010. A las seis horas de conocerse el terremoto, voluntarios digitales desde fuera de la isla habilitaron mapas en CrisisMap, OpenStreetMap y Ushahidi, para geolocalizar información que estaba siendo enviada por la gente que se hallaba dentro de Haití buscando a gente perdida, informando acerca de personas atrapadas, locación de refugios y centros de salud, de edificaciones colapsadas, de obstáculos que impedían la movilidad, etc. Estos mapas fueron utilizados por las organizaciones de asistencia humanitaria y por los propios ciudadanos para tomar decisiones y dar respuestas más acertadas y rápidas ante la extremada urgencia que se vivía.

Ese mismo año, el seísmo de Chile y luego las inundaciones que afectaron a Colombia entre 2010 y 2012 fueron otros casos de respuesta a desastres con el uso de tecnologías móviles y geolocalizacion. Me pregunto por qué en Bolivia no hemos usado esta tecnología para ayudar en las inundaciones. No es porque no sabemos usar la tecnología. El sistema de mapeo Ushahidi fue utilizado en el país para una cobertura ciudadana de las elecciones locales de abril de 2011 recibiendo 2.000 reportes en un día desde todos los departamentos del país y 15.000 vistas en una semana.

Tampoco se debe a falta de plataforma. El proyecto GeoBolivia ha habilitado una plataforma para geolocalizar los lugares de inundaciones, aunque como es poco conocido, ha recibido escasos reportes ciudadanos.

La solidaridad tampoco falta. Los bolivianos somos gente que nos condolemos ante la desgracia; y en esta ocasión, también lo hemos demostrado. Incluso desde Chile, María José Calvimontes, por Twiter, motivó a Carmelo Lens a abrir una cuenta en PayPal para que los bolivianos que radican fuera puedan aportar, pero no hubo eco. ¿Será por qué el señor Lens anda muy ocupado para leer su Twiter en medio de la locura que debe ser estar en el Beni en estos días?, ¿o será porque desconoce el sistema PayPal? Tal vez lo que faltó fue la gestión de la plataforma, es decir, alguien que promueva su uso, la difunda en redes sociales, invite a usarla. Eso es fundamental en un proyecto web.

En definitiva, la posibilidad de utilizar tecnologías móviles de información no funcionó para Bolivia en esta ocasión. Me queda la duda si pudimos haber ayudado de manera más eficiente, más rápida con el uso de estas tecnologías y haber canalizado iniciativas que quedan en el teclado.