En pasados días se ha escuchado todo tipo de declaraciones sobre los desastres naturales ocurridos en el Beni; entre éstos, opositores y cívicos regionales que piden que se declare “zona de desastre” al departamento beniano. Al respecto, cabe preguntarse qué significa tal declaración.

Nuestro país ha sufrido durante muchos años inundaciones, riadas, sequías (principalmente como consecuencia de los fenómenos del Niño y la Niña) y en algunos casos terremotos. Como no había una gestión adecuada ni los recursos económicos suficientes para su tratamiento, cuando estos hechos ocurrían no había otra opción que declarar “zona de desastre”, para que la ayuda internacional (donaciones y créditos) entre sin ninguna restricción.

Ahora la situación es distinta. Nuestro gobierno en cada uno de sus niveles subnacionales cuenta con recursos suficientes para afrontar estas eventualidades. Se tiene recursos gestionables para uso inmediato de aproximadamente $us 4.200 millones en caja y Bs 30.000 millones en bancos. Además, según normas de la Federación de Asociaciones Municipales de Bolivia (FAM), cada municipio debe prever en su POA los recursos suficientes para prevenir todo tipo de desastres naturales. En el caso del Beni, según el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, la Gobernación presenta saldos en caja y bancos de Bs 206 millones, y sus municipios tienen Bs 365 millones, haciendo un total de más de Bs 500 millones.

Por otra parte, el Gobierno central está atendiendo de manera efectiva las necesidades de la población damnificada, resarciendo los daños a ganaderos y agricultores, y sobre todo a la gente que perdió su hogar por las inundaciones y las riadas. A través de la Agencia para el Desarrollo de las Macrorregiones y Zonas Fronterizas (Ademaf) se canaliza la ayuda del Gobierno central a los diferentes municipios del Beni, entregando vituallas, víveres y carpas a los damnificados, asistidos en la logística por las FFAA. Hasta el momento se ha entregado 200 toneladas de ayuda humanitaria en Beni y 500  en el resto del país. A su vez, la Fuerza Binacional trabaja desde hace varias semanas para reforzar el anillo protector que rodea la circunvalación de Trinidad, para que el desastre no se agrave.

Los recursos económicos están, la ayuda internacional está, las ganas de ayudar están; es por esto que no hace falta una declaratoria de zona de desastre. La prevención traducida en gestión de riesgos hace que esto sea innecesario. Asimismo, afirmaciones como la del diputado opositor Osney Martínez, quien dijo que “Evo odia a los benianos (…) es un revanchismo por haber perdido en el Beni”, están de más, pues se trata de declaraciones manejadas políticamente, que lamentablemente no tienen fundamento.

Es economista, funcionario del Ministerio de Planificación del Desarrollo.