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Vigilancia y seguridad

Un año después de la instalación de las primeras 30 cámaras de vigilancia policial en puntos estratégicos de la ciudad de El Alto, la iniciativa parece haber demostrado la utilidad de ese tipo de vigilancia. Las cifras oficiales muestran una reducción de 60% en la delincuencia y miles de arrestos derivados de la posibilidad de identificar a los delincuentes.

En efecto, el primer resultado de este sistema de vigilancia remota en El Alto ha sido la clara identificación de los cinco lugares más peligrosos en la zona conocida como la Ceja: la Alcaldía Quemada; la Plaza del Lustrabotas; el ingreso a la avenida Naciones Unidas, a la altura del reloj; la avenida Franco Valle, entre las calles 1 y 3, y el puente distribuidor de la Ceja.

Según el oficial de Policía a cargo del Centro de Monitoreo de las 30 cámaras de seguridad, estos puntos son utilizados por los delincuentes para iniciar peleas, robar, asaltar e incluso ahorcar a sus víctimas; en esos lugares igualmente se han presentado decesos de personas atracadas. La autoridad explicó que “esto se debe a que en las cercanías existen muchos locales de expendio de bebidas alcohólicas entre bares, cantinas, discotecas, lenocinios y clubes nocturnos”.

Las estadísticas policiales de El Alto revelan que desde que las cámaras de vigilancia se instalaron, en marzo del año pasado, la Policía detuvo a 12.000 personas que cometieron algún tipo de ilícito; hasta diciembre de 2013 se atendieron 4.286 casos, y entre enero y febrero de este año las cámaras consiguieron captar 1.200 hechos delictivos: 770 en enero y 430 hasta el 20 de febrero, entre robos, asaltos, peleas y venta de algún tipo de droga.

De acuerdo con información del Gobierno Municipal alteño, gracias a la acción policial y las cámaras de vigilancia, la delincuencia se redujo en el 60%. Sin embargo, cabe señalar que esta aparente reducción se debe a que los delincuentes, al saberse vigilados, han comenzado a migrar a otras zonas de la ciudad donde aún no hay cámaras, lo que hace necesario expandir la red de vigilancia remota.

Asimismo, también se ha identificado como un problema que impide un mayor éxito del programa de vigilancia la lenidad de las autoridades del Ministerio Público. Según el Jefe de la Unidad de Vigilancia alteña, en al menos tres casos de cogoteros aprehendidos en flagrancia, una fiscal los declaró libres, razón por la que hoy está siendo penalmente procesada.

Hay razones para alentar la instalación de más cámaras de vigilancia que ayuden a identificar lugares y modos de operar de los delincuentes, pero también, que este trabajo se acompañe de mejor dotación policial y, sobre todo, de un sistema de administración de justicia que sea, cuando menos, correcto y eficiente. La seguridad ciudadana requiere, pues, muchos recursos, pero fundamentalmente compromiso de parte de sus gestores.