Una de las más groseras formas de dominación es la mediática, porque parte de la premisa de la falta de criterio que tienen los receptores de las noticias que las agencias manipulan. Por estas malas prácticas, la revuelta golpista contra el gobierno constitucional de Ucrania fue revestida de legitimidad y se minimizó la descarada intervención norteamericana revelada en las grabaciones del subsecretario de Estados Unidos para Europa, Víctor Nuland. De la misma manera, la prensa internacional ha minimizado el hecho de que gran parte del gobierno “transitorio” de Ucrania está en manos del partido filonazista Sbovoda, cuyo jefe, Oleh Tyahnybok, declaró en 2004 que el país estaba gobernado por una “mafia judeo-moscovita” y que el “holocausto fue un periodo brillante”.
Ahora le toca el turno a Crimea, en la que las agencias pretenden generalizar la idea de una “invasión rusa” a Ucrania sin el menor respeto a la objetividad. Desde 1783 la península de Crimea formó parte del imperio ruso (la pertenencia de Crimea a Rusia es más antigua que la de Texas a Estados Unidos, que data de 1836). Luego de la revolución bolchevique, en 1921, se constituyó la República Socialista Soviética de Crimea. En 1941 Crimea fue invadida por los alemanes y reconquistada por el Ejército soviético en 1945. En 1954 Nikita Kruchov (de origen ucraniano) delegó la administración de Crimea a Ucrania. Al diluirse la Unión Soviética se aprobó mediante un referéndum en 1992 la creación de la República, anulada por Ucrania, ratificada en 1994 y anulada nuevamente por el gobierno de Kiev, que aceptó en 1995 mantener el estatus de la República autónoma de Crimea.
El 61% de la población de Crimea es rusa, y las bases militares rusas están allí desde décadas. Crimea ha realizado varios referéndums declarando la independencia. No ha existido una “invasión”, sino la puesta en alerta de las tropas asentadas en la península, las que no han utilizado la fuerza y son bien recibidas por la población. El Parlamento de Crimea ha aprobado su anexión a la Federación Rusa, y el 16 de marzo realizarán un referéndum para ratificar la anexión. Esta decisión democrática es cuestionada por Estados Unidos y la Comunidad Europea, países que apoyaron la declaración de independencia de Kosovo respecto a Serbia en 2008, acto declarado legal por la Corte Internacional de Justicia.
Crimea ha decido por voto unirse con Rusia, con la que tiene vínculos estrechos; y como consecuencia soporta una campaña mediática en la que se pretende hacer ver un acto de soberanía como una “invasión” extranjera. Que en política la ética sea escasa no es sorprendente, lo que sí es censurable es la falta de ética informativa de las agencias internacionales.