El anterior domingo, Julieta Paredes publicó en La Razón el artículo titulado PumaKataris, un engaño, en el que emite varias opiniones sobre el servicio de buses que acaba de implementar el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz. La columnista señala que los ciudadanos de La Paz han sido “engañados” con este servicio público y postula tres argumentos para ello. Primero, que el LaPazBus consolida un supuesto “trameaje“; segundo, que “todas las wawas pagan pasaje“ y tercero, que “no se pueden subir bultos“. Lo que haría que los buses “en vez de ser para el pueblo, serán solo para ejecutivos”.

Hay varias consideraciones al respecto, que revelan lo que aparenta ser un autoengaño de Julieta. En primer lugar, no es cierto que todos los niños pagan. En los PumaKatari los niños menores de cinco años no pagan pasaje; y los menores de entre cinco y 18 años pagan Bs 1, al igual que nuestros adultos mayores y personas con capacidades especiales.

Al contrario de lo que opina la columnista, el LaPazBus ha democratizado el acceso al servicio de transporte público en particular para las personas en situación de riesgo y los grupos más vulnerables, como son los niños y jóvenes menores de 18 años; y más aún para aquellos que, por distintas situaciones adversas, ni siquiera pueden asistir a la escuela. Ningún servicio de transporte público da este trato preferencial a los niños o a los adultos mayores. Especial atención también han merecido las personas con capacidades especiales, quienes nunca antes han tenido tarifa preferencial, y mucho menos contado con un servicio de transporte que les permita el acceso en silla de ruedas.

Además, en los buses PumaKatari, los ciudadanos —todos, sin excepción— reciben un servicio amigable y humano. Asimismo, la atención de 24 horas que proporciona permite viajar con seguridad y eficiencia a los paceños que usan este servicio en horarios en los que no existe otro medio de transporte.

Dice la columnista que no se pueden subir bultos al bus. No es cierto. Se ha informado oportunamente que los ciudadanos pueden ingresar al bus con mochila, dos bolsas de mercado, un bulto o un amarro. Pero también se ha informado que los PumaKatari han sido hechos para trasladar ciudadanos, no carga ni mercadería pesada ni voluminosa.

En cuanto al supuesto “trameaje” de los PumaKatari, hay que decir que esa afirmación tampoco corresponde con la realidad. El establecimiento de las rutas del bus se hizo luego de rigurosos estudios técnicos sobre la demanda de transporte y la deficiente atención que reciben varias zonas de La Paz. Queda claro que la señora Paredes desconoce la realidad de los que se transportan a Inca Llojeta, por ejemplo, quienes antes del servicio municipal de transporte debían tomar un minibús hacia la plaza España, y luego otro para llegar a su destino final. Lo mismo ocurría en zonas como Villa Salomé, Pampahasi, Chasquipampa o Cota Cota, donde la gente debía tomar dos o tres vehículos para llegar a casa. Con los PumaKatari eso no ocurre más.

Por supuesto que es un sistema que está en construcción y del que, por ahora, solo se conocen sus primeros pasos. En 2015 la realidad del LaPazBus será completamente diferente, y ese será el momento de evaluar cuánto sirve o no a la población. La crítica prematura e injustificada no contribuye a este proceso.

El objetivo de la gestión municipal al implementar este servicio es el de elevar la calidad de vida de todos los habitantes de La Paz, sin importar su color o preferencia política. Pensamos en la ciudad y sus habitantes: en los niños, en los jóvenes, en los adultos mayores, en las personas con capacidades diferentes y no en votos. Así que, desengáñate Julieta