Después de años de infructuoso “diálogo” para que Chile solucione nuestro justo reclamo y derecho a una salida soberana (territorio y costa) al océano Pacífico, sin duda que corresponde plantear la demanda ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, Holanda.

Jamás ningún país del mundo ha sufrido semejante daño moral y material imposible de cuantificar. Fuimos muy ingenuos en pensar que Chile podría devolvernos parte del cautivo Litoral boliviano usurpado con una alevosa y criminal invasión en 1879; se apropiaron de 400 kilómetros de costas y de 120.000 kilómetros cuadrados de territorio. Reiteradamente, sus gobernantes han manifestado que nosotros solo tenemos una “aspiración” y no un derecho, y, adicionalmente, no están dispuestos a ceder un solo metro cuadrado de lo que consideran su territorio. Chile niega dividir su país con una franja ajena y Perú tampoco acepta que se nos conceda terreno que perdió en la Guerra del Pacífico y que pretende recuperarlo algún día.

A pesar de que ese pronóstico es poco alentador, no se debe perder la esperanza y seguir con el justo reclamo ante todos los foros o reuniones que se realizan. De cualquier forma, nuestros representantes en el juicio ante la CIJ deberán poner todo el esfuerzo con los argumentos y conocimientos pertinentes, con el objetivo de lograr que el fallo o veredicto sea a nuestro favor.

Posiblemente Chile no acate la determinación si es que le es desfavorable, esquivando y arguyendo cualquier pretexto o motivo, pero la comunidad internacional estará a nuestro favor para cualquier eventualidad. El vecino es alevoso y belicoso, por eso dijo que está dispuesto a darnos la revancha ante nuestro afán de ¡recuperar el Litoral!

Para golpear sobre la mesa, debemos ser fuertes económicamente, trabajar y producir en unión, sin huelgas ni bloqueos de caminos, marchas o feriados, contrabando, indisciplina y todo lo que nos mantiene atrasados. Con razón alguien dijo que mientras “Bolivia danza…”, está en nuestras manos cambiar esa situación dando prioridad a la educación. Que Dios nos ampare.

Es ciudadano boliviano.