El otoño es una de las cuatro estaciones del año. La palabra otoño es de origen dual, tanto latino como griego; es una palabra que proviene del latín autumnus, y ésta a su vez de la composición de auctus y annus (año), y a su vez del griego auxo (aumentar). Toda esta suma de voces y raíces latinas y griegas dan por significado a otoño como “que llega la plenitud del año”. Quizás lo nombraron así al ver que la vegetación ya está en el final de su ciclo. También se suele decir, comparativamente, que cuando las personas llegan a su madurez, que están en el “otoño de sus vidas”, que están en el “auge de la vida”… En la cima de la vida.

Sin embargo, habitualmente se conoce como otoño al periodo que comprende los meses de marzo, abril y mayo en nuestro hemisferio. Durante el otoño, las hojas de los árboles cambian y su color verde se vuelve amarillento y amarronado, hasta que se secan y caen ayudadas por el viento que sopla con mayor fuerza. A partir de esta estación, la temperatura comienza a bajar. Ésta es la época del año en que la duración del día se acorta más rápidamente. El sol sale por las mañanas cada día un poco más tarde que el día anterior y por la tarde se pone antes, siendo el acortamiento del día especialmente apreciable por las tardes. En definitiva, al inicio del otoño el tiempo en que el sol está por encima del horizonte se reduce en casi tres minutos cada día.

El inicio astronómico de las estaciones viene dado, por convenio, como el instante en que la Tierra pasa por una determinada posición de su órbita alrededor del sol. En el caso del otoño, esta posición es cuando el sol, visto desde la Tierra, cruza el ecuador celeste en su movimiento aparente hacia el norte. Cuando esto sucede, la duración del día y de la noche prácticamente coincide, es decir, tienen la misma duración y por eso a esta circunstancia se le llama también equinoccio de otoño. En este instante en el hemisferio sur se inicia el otoño.

El eje de rotación terrestre se mantiene apuntando durante todo el año hacia una región concreta de la esfera celeste, caracterizada por la cercanía de la estrella Polar. Las diferentes estaciones tienen lugar porque el eje de la Tierra está inclinado 23º 27’ respecto del plano de su órbita, y los cambios de las estaciones vienen dados por los equinoccios y los solsticios; éstos totalizan los cuatro instantes en que anualmente se produce un cambio de estación. El cambio de una estación a otra no se produce de forma repentina, el mismo movimiento de rotación y traslación terrestre produce un cambio constante y gradual que acontece con el sucesivo transcurrir de los días, semanas y meses.

El otoño 2014 en nuestro hemisferio comenzó el jueves 20 de marzo, a las 12.58, hora boliviana, mientras que en el hemisferio norte comenzó la primavera.
Esta estación concluirá el 21 de junio con el comienzo del invierno.