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Ocio, vértigo y conocimiento

En la actualidad, algunas ciudades asiáticas están siendo construidas y reconstruidas a partir de grandes proyectos, y para ello han hecho desaparecer barrios completos para la edificación de nuevos sectores urbanos pujantes de desarrollo. Sin embargo, la población adulta y adulta mayor de esas nacientes áreas metropolitanas está demostrando que no puede identificarse con ellas debido a que siente nostalgia por aquellos lugares rudimentarios del ayer que formaron parte de sus historias de vida. Todo lo contrario sucede con los jóvenes, quienes se han integrado fácilmente a ese tipo de utopías.

A pesar de ello, las autoridades urbanas se preocupan no solo por preservar las áreas naturales de su entorno, sino de proyectarlas hacia nuevas actividades de esparcimiento para la población. Es decir, ofrecer sitios donde predomine la naturaleza y donde el ciudadano encuentre el contraste de su diario vivir. Y es que a causa del vivir acelerado y violento en las urbes, hoy se requieren lugares de silencio como éstos que son parte importante del solaz de las sociedades.

De igual manera, se han emprendido proyectos con distintos tipos de equipamiento, especialmente para la juventud, cuyas grandes instalaciones ofrecen conocimiento y son exitosas porque han roto esa especie de austeridad que las caracterizó en el pasado.

La Paz es una urbe que requiere de un mayor número de lugares de esparcimiento, especialmente para los niños y jóvenes. Nos referimos a unos espacios que respondan a las necesidades e intereses que proponen los nuevos tiempos. En el caso de los niños, es evidente que se debe dejar de pensar únicamente en columpios y resbalines, y proponer, por ejemplo, un parque de atracciones. En otras palabras, sitios donde se desestabiliza toda percepción y predomina el vértigo que produce cualquier juego sorprendente, el cual seguramente será disfrutado por todos ellos. Adicionalmente, esas ferias recreacionales suelen incluir hoy, no en vano, espacios virtuales y de conocimiento.

En cuanto a los jóvenes, esta ciudad no les ofrece demasiado. El entretenimiento va y viene entre el folklore, los locales nocturnos, algo de cine, televisión e internet. Y es por  eso que muchos de ellos fácilmente adoptan hábitos en los que el alcohol juega un rol importante en sus actividades de esparcimiento. Una demostración clara de que la población joven necesita de otras propuestas recreativas o el reforzamiento cualitativo de las existentes. Y lo fundamental: que se basen en sus intereses actuales y particulares.

Las renovadas propuestas recreacionales requieren, asimismo, nuevos lugares o edificaciones, con instalaciones que no solo techen el espacio, sino que proyecten otras formas de conocimiento. Espectáculos que estimulen los nuevos intereses especialmente de los jóvenes, acordes al tiempo que les toca vivir.

Por la inversión que implica un avance de estas características, es evidente que esta tarea no necesariamente debiera ser encarada por la municipalidad, sino también por la empresa privada. No se trata de una ritualización del ocio, sino de atender y ampliar la entretención de la niñez y juventud de esta ciudad, a fin de que tenga la opción de llegar al conocimiento a través de la recreación.