Mal de altura
Si el diagnóstico se hace a tiempo, antes que se instaure la enfermedad grave, es fácil de tratar
El famoso sorojchi, o mal agudo de montaña, no es más que la falta de adaptación del organismo a la hipoxia (falta de oxígeno) de la altitud. La gravedad del trastorno está en relación directa con la velocidad de ascenso y la altitud alcanzada, y su evolución en la mayoría de las veces es benigna, aunque hay casos en los cuales puede ocurrir la muerte si el paciente no ha recibido asistencia médica oportuna.
Generalmente, este problema ocurre en personas que viven a alturas menores a 900 metros sobre el nivel del mar, y por circunstancias diversas (excursiones, alpinismo, esquí, etc.) suben a lugares altos, sobre todo encima los 2.500 metros. En nuestro país los lugares altos y muy altos tienen la mayor cantidad de atracciones turísticas y, por lo tanto, la afluencia de personas del extranjero son las que más sufren este tipo de molestias, que van desde un “hambre de oxígeno”, aceleración de los latidos cardiacos, hasta cambio de color de su piel (color morado o azul), principalmente en las extremidades y los labios… mareos, confusión, fatiga, dolor de cabeza, así como su presentación clínica grave que se denomina el edema agudo de pulmón, que se detecta mediante el examen físico y se revelan los ruidos pulmonares o crepitaciones típicas de esta enfermedad.
Si el diagnóstico se hace a tiempo, antes de que se instaure la enfermedad grave, es fácil de tratar, fundamentalmente con administración de oxígeno y diuréticos; sin embargo, cuando la enfermedad se hace grave, los resultados pueden ser catastróficos, incluyendo la muerte dentro de su último estadio, razón por la cual los residentes a grandes alturas debemos por lo básico conocer algunos de estos síntomas para aconsejar a nuestras visitas acudir a un servicio de asistencia médica lo más precozmente posible para evitar complicaciones que arriesguen la vida de las personas.
Con todas las actividades internacionales que se están realizando en nuestras ciudades y pueblos de altura es menester difundir esta información y conocer claramente la dirección del centro de salud más cercano para dirigir de forma expedita a los turistas que nos visitan.
No está de más decir que las personas con factores de riesgo como la obesidad, hipertensión arterial, fumadores crónicos, pacientes con asma, son las que tienen mayor predisposición a adquirir esta patología. Teniendo en cuenta que poseen una restricción ventilatoria pulmonar lo que los hace más vulnerables a pequeños cambios en la presión de oxígeno.
Finalmente, saber que existen algunos consejos para prevenir este problema, como por ejemplo: practicar un ascenso gradual, realizar actividades que no requieran mucho esfuerzo, aprender a reconocer los primeros síntomas de la enfermedad y, una vez aclimatado, es posible realizar las actividades normalmente. Este consejo hay que guardarlo, uno puede necesitarlo en cualquier momento en este país que se está internacionalizando día a día.