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Improvisación arbitral

La suspensión del cotejo entre The Strongest y Universitario programado para el domingo, debido a que el réferi designado (Alejandro Mancilla) no pudo llegar al encuentro porque el avión que lo tenía que trasladar desde Trinidad a La Paz sufrió problemas técnicos, puso en evidencia la falta de previsión que impera en el Comité Superior de Árbitros de la Federación Boliviana de Fútbol. Y es que en las emergencias y en las crisis es precisamente cuando se pone a prueba las fortalezas de una institución y salen a la luz sus debilidades.

Habida cuenta de que cualquier persona puede sufrir contratiempos como el que pasaron Mancilla y sus colaboradores, se esperaría que el comité de árbitros tenga bajo la manga réferis alternos para cada partido. Esto no solo para garantizar el calendario de la Liga profesional de fútbol, sino también y sobre todo pensando en los hinchas, muchos de los cuales incurren en grandes esfuerzos y dejan de lado otras actividades para pagar sus entradas y asistir a los estadios.

Sin embargo, por lo acontecido el domingo, tal parece que el comité arbitral reacciona ante las emergencias en vez de tomar previsiones contra posibles eventualidades. Algo típico en la mayoría de las instituciones —públicas y privadas— del país, dicho sea de paso.