Ucrania, la profecía y la incitación
Los nuevos campos de batalla están en la economía. Es la nueva manera de control geográfico y político
La tontería de la incitación se da en el terreno donde el individuo siempre es vulnerable: la comunicación. No hay que ser diseñador de escenarios de desastres para advertir que, de haber una guerra, será en los negocios. Los nuevos campos de batalla están en la economía. Es la nueva manera de control geográfico y político. Las fronteras son torpedeadas con invisibles incursiones, toleradas por el país atacado, hasta la destrucción completa de la soberanía y la autodeterminación. Guatemala es el mejor ejemplo. Ese país caribeño permitió a las transnacionales utilizar su territorio para la producción, les liberó el tránsito de mercancías con la liberación de impuestos, con la única condición de atraer capital y crear fuentes de trabajo. Pero el capital pierde identidad nacional y se transnacionaliza, se limita a instrumentar Estados para conseguir sus objetivos. La llamada globalización es la escenificación de esta guerra. Los conflictos nacionales se diseñarán en las esferas de los negocios.
La guerra ideológica es mediática. Los objetivos políticos se limitan a ganar la legitimidad de la opinión pública, por ejemplo, Irak y Libia. Para eso hay que mentir, construir verdades, hacer propaganda y llegar a la censura como en Turquía. La escalada mediática en la primera fase son armas de disuasión. Por ejemplo, la seriedad de The New york Times está en cuestión, luego de publicar fotografías de soldados rusos activos en Ucrania. Las portadas son imposibles de rectificarse. Más aún si reproducen filtraciones oficiales. El daño queda hecho. La segunda fase es de conquista. Quebrar al enemigo desde dentro y arrastrar a la población al conflicto. El eslabón débil muchas veces se da la vuelta, como en la primavera árabe. Pero la guerra de manipulación social es una de las más sucias y desnuda una nueva forma de esclavitud.
Control-Alt-Del, reset. Donde la guerra está declarada es en el ciberespacio: espionaje, cyberataques con virus a instalaciones nucleares, filtraciones, etc. Allí no hay tregua, las agresiones van de un lado al otro. La pregunta es, ¿cuándo empezará la guerra con armas convencionales?
Las pequeñas escaramuzas. Se instrumentan grupos para enfrentarlos entre sí. Se juega una pulseta. Si tú haces esto, yo hago todo para hacer subir el termómetro. Muertos, sanciones económicas, movimientos de tropas en Ucrania… ésta es una verdadera guerra de baja intensidad, donde el enfrentamiento se da entre la población, y el Ejército actúa antes que pacificador como regulador del orden.
El cielo se tiñe de fuego en la alta frontera. Allí es donde irán las primeras bombas. El objetivo primordial es destruir las comunicaciones. No puede quedar ningún satélite intacto. ¿Por qué Corea del Norte desarrolla misiles balísticos de largo alcance y mantiene un ejército numeroso? El otro punto importante para la alta frontera es la seguridad defensiva. El ataque deberá ser rápido y contundente. Y si los satélites no son derribados completamente, los sistemas de interferencia electrónica tienen que actuar eficientemente. El uso de armas inteligentes será minimizado.
La vulnerabilidad será libremente consentida. En la tercera guerra mundial se volverá a pelear pecho a pecho, la destrucción mutua está asegurada (pido perdón a los diseñadores de desastres americanos por usar su terminología). No creo que la profecía se vaya a cumplir en el caso de Ucrania, porque Putin, el conquistador, no está empezando una guerra, sino fortaleciendo la posición de Rusia en una región que fue debilitada por EEUU y Europa en los últimos años. Por eso, es hipócrita decir que Rusia está encendiendo el oeste, cuando en realidad se está poniendo nuevamente en la geografía del poder mundial.