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Día de internet

El 17 de mayo fue el Día Internacional del Internet. Es un día para evaluar el estado de este servicio. El aspecto que más destaca en Bolivia es que en este último año el Gobierno y las empresas de telecomunicaciones han gestionado varios cambios para facilitar el acceso. El más notorio de ellos es el satélite Túpac Katari. Sin embargo, y a pesar de la publicidad que muestra los avances, los bolivianos tenemos todavía muchas razones para seguirnos quejando por una de las conexiones más caras y lentas de la región.

Veamos. Si bien el lanzamiento y puesta en funcionamiento del satélite es una buena noticia, no mejora los precios ni incrementa el ancho de banda. Algunas de las mejoras en precio se las debemos a la nueva tecnología LTE que se ha implantado y la reducción de costos en el servicio ADSL (no al satélite), pero son mejoras que llegan a pocos y con baja calidad. El LTE es un servicio inalámbrico y depende de la cantidad de personas que se conectan para definir su velocidad; y el ADSL no tiene capacidad de ampliar servicio a más clientes.

En cuanto al satélite, no se me entienda mal, celebro la puesta en marcha del Túpac Katari porque permitirá que áreas rurales se conecten,  pero será una conexión lenta e inestable. Se está implementando mejoras, pero ninguna apunta a la democratización del acceso a una conexión de buena calidad fruto del tendido de fibra óptica. En las condiciones actuales, todos los bolivianos y bolivianas podremos tener acceso a internet, pero con una de banda de ancho pobre y de precio medio a caro.

No obstante, hay otros aspectos que destacar. La cantidad de usuarios de internet en el país se sigue incrementando, tenemos un dato oficial de la última Encuesta de Hogares que muestra al 35,5% de la población en Bolivia usando internet. También, hemos comenzado a ver usos masivos, algunos malos como los casos de linchamientos de prestigios personales en internet, u otros positivos como la construcción de drones inspirados en tutoriales en YouTube, y empresas de desarrollo de software que están haciendo negocios en el mundo. También hay que mencionar el fortalecimiento del ejercicio ciudadano encarnado en activistas que exigimos  mejoras en el servicio. Y un último aspecto, aunque lamentable, es la falta de normativa que nos permita tener reglas claras de ciudadanía virtual.

Conclusión: internet ya ha sido integrado en diversas actividades en Bolivia a pesar de la lentitud de conexión y los precios elevados. Estamos haciendo negocios, compartiendo y creando conocimiento, facilitando acceso a productos, entre varias otras actividades. Y la tendencia es al crecimiento. Ya estamos dentro, solo nos queda mejorar las condiciones.

Es ciberactivista y burócrata.

blog: www.internetalaboliviana.wordpress.com