Tinta xenófoba
Queda claro que este ‘periodista’ no conoce la realidad que se vive en el norte de su país.
Cuando en nuestro país se hacen todos los esfuerzos para luchar contra el racismo y la discriminación, en países vecinos como Argentina algunos se encargan de atizar estos males. Es el caso del comentario humillante vertido por el periodista argentino Ariel Cristófalo, del diario Olé, quien escribió una ridícula columna xenófoba —titulada Folclore, mascada de coca y bolichón de cholos— luego de que un equipo boliviano dañara el ego argentino en cancha propia en semifinales de la Copa Libertadores.
En primer lugar, ese tipo de opiniones son las que más laceran el sentir de aquellos compatriotas que viven alejados de nuestras fronteras, pero también de los que nos encontramos en esta tierra.
Queda claro que esta persona no conoce la realidad que se vive en el norte de su país, en regiones como La Quiaca, Catamarta, Misiones, Formosa, San Salvador de Jujuy, entre otras. Lugares donde, en caso de visitarlos, podría recibir ese baño de humildad de la gente que los habita; y donde argentinos y bolivianos han aprendido a convivir en armonía, subordinados a sus nexos comerciales, laborales, familiares y otros. También sería interesante que Cristófalo de verdad “viviera” uno de los festivales folklóricos que tienen lugar en esas regiones, para constatar la mezcla permanente de instrumentos nativos con música chicha y cumbia villera argentina y boliviana.
Otra deducción que extraemos de las frases racistas y discriminatorias del mencionado artículo es que su autor, desde muy niño, debió asistir a los estadios y aprender aquellos cánticos xenófobos creados para humillar a las personas que, por falta de oportunidades en su propio país, tuvieron que partir en busca de mejores días para ellos y sus familias. De ahí que, por causa de pensamientos tan retrógrados como el que abordamos aquí, algunos de nuestros connacionales vivan en Argentina casi a escondidas o negando su verdadera nacionalidad, para no ser víctimas de esos ataques.
Duele ver que este tema se haya quedado ahí, puesto que nadie volvió a hablar de él, ni siquiera en los medios locales, excepto por dos artículos de opinión. ¿Es que acaso es mejor no hablar? ¿No estamos cansados de escuchar estas barrabasadas cada que se opina de fútbol? Quizá nuestra mejor opción hoy sean las redes sociales, ya que a partir de ellas podemos expresar nuestro repudio como bolivianos en contra de este tipo de “profesionales”.
Ahora bien, no es nuestra intención estrellarnos contra todos los ciudadanos argentinos; sin embargo, debemos dejar claro que personajes como el señor Cristófalo representan una traba para la unión de los pueblos latinoamericanos. Y a nuestros compatriotas en todo el mundo, enviarles desde aquí mucha fuerza y optimismo, pero ante todo decirles que sientan orgullo, el orgullo de que como bolivianos no salimos del país a robar, sino a trabajar duro, y que ésa es la mejor herencia que llevamos en nuestra sangre mestiza.