Maternidad
La reproducción asistida debe englobar no solo los aspectos orgánicos, sino también los sociales
El martes celebramos el Día de la Madre en el país, en honor de ese maravilloso ser cuyo principal sueño es educar a sus hijos para que alcancen sus objetivos en la vida de la mejor forma posible, sin importar el esfuerzo que tenga que realizar para impulsar dicho fin.
En casi diez años de trabajo en temas de reproducción en Bolivia he podido observar y conocer varios aspectos con respecto a la búsqueda incesante de las mujeres que quieren ser madres y que por diferentes razones no pueden quedar embarazadas. Lo deseable es que ese sueño de maternidad se dé antes de los 37 años; pues, mientras más tarde una persona se dé cuenta de su deficiencia en fertilidad, más complejo y empinado será el camino para contrarrestar esta deficiencia.
El aspecto psicológico de las personas que no pueden concebir es otro aspecto importante que se debe tratar, pues su decisión de apelar a métodos de reproducción asistida se da al no alcanzar su objetivo de forma natural después de prolongados periodos, perdiendo de esta manera tiempo valioso.
Asimismo, muchas personas no saben dónde acudir para encontrar la asistencia adecuada para resolver sus problemas reproductivos, apelando a experiencias de otros familiares o amigos, información que muchas veces los confunde aún más.
Un tema que me conmueve es cuando una mujer que desea y no pude ser madre descubre que el problema de infertilidad lo tiene su pareja, pues por alguna razón sus espermatozoides son incapaces de lograr la fecundación, y por tanto, va a requerir el semen de un donante para lograr lo ansiado. En ese momento el piso sobre el que se sostiene la pareja, construido bajo esquemas machistas, muchas veces se desmorona. Incluso he sido testigo de cómo muchas parejas han finalizado su relación ante este nuevo escenario. En fin, las mujeres que quieren ser madres y no lo consiguen enfrentan una serie de desafíos y sentimientos de frustración, más aún tomando en cuenta que la posibilidad de adoptar a un niño o una niña no es algo corriente en nuestra sociedad.
En varios foros donde se me ha permitido hablar sobre este tema siempre termino diciendo que lo más importante es tomar una decisión pronta, equilibrada y acorde con el problema de la infertilidad que aqueja a las parejas, tratando sobre todo los aspectos emocionales que engloban el deseo de ser madre o padre, de tal manera que la asistencia englobe no solo los aspectos orgánicos, sino también los sociales, que no son menores y que pueden contribuir a formar mejores familias, más que solamente hijos.