Miércoles en el Kilómetro Cero. Eran las 11.00. El bus, que iba lleno, nos dejó a varias cuadras del lugar del suceso. Llegamos de manera dispersa para evitar cualquier tipo de sospecha. Nos dimos cuenta que la ex Plaza de Armas ya había sido rodeada varios minutos antes por colegas del oficio. Con pancartas en alto y a voz en cuello gritaban “¡El secreto de fuente no se levanta!”, mientras que otros aludían con graciosos estribillos al procurador general del Estado, Héctor Arce.

2) El 22 de abril fue presentada la denuncia del Procurador ante la Fiscalía de Distrito por espionaje y revelación de secretos de Estado (en contra del periodista Ricardo Aguilar), y por complicidad (en contra de la directora de este medio, Claudia Benavente). El 25 de abril, el fiscal Facundo Coronel solicitó al juez 11º de Instrucción en lo Penal de La Paz, Jhonny Machicado, en función a la petición de Arce, que se disponga el secreto de fuente, además que se declare el caso en reserva. El 29 de abril, cuatro días más tarde, sin siquiera haberse notificado estos trámites a las partes involucradas, el juez dispuso dos medidas. El 7 de mayo, o sea, dos semanas después, el fiscal le notificó a Aguilar y a Benavente sobre esta denuncia. Dentro de dos días era ya la audiencia, pero el 8 de mayo, Aguilar fue notificado de que tenía que revelar en tres días su fuente. 

3) El 13 de abril se presentó en el suplemento Animal Político el reportaje titulado De cómo en la demanda marítima triunfó la idea de los ‘actos unilaterales’, escrito por Aguilar, donde se explicaba toda la andanza que hubo previa a la presentación de la demanda en la CIJ. No se dio detalles de la Memoria (que iría a ser presentada el 15) ni mucho menos de la demanda y, consiguientemente, no se puede decir que Aguilar es un espía. El compañero contó los detalles, los datos de cómo se trabajó, cómo empezó el proceso, qué elementos se discutió, etc.

4) No se puede decir que un periodista es un espía cuando no hace más que cumplir con su deber. Para Tomás Eloy Martínez, periodista y escritor argentino, “el periodista, a la vez, no es policía ni censor ni fiscal. El periodista es, ante todo, un testigo: acucioso, tenaz, incorruptible, apasionado por la verdad, pero solo un testigo”.

5) “Sin libertad de expresión, no hay democracia”. Para Martínez, “nada es menos democrático que callar”. Si en un gobierno democrático se permite el silenciamiento, ¿qué sentido tendría entonces proteger la democracia privándola de su razón de ser: la libertad de pensar, de expresar, de saber? ¿Para qué querer algo que no nos atrevemos a vivir? Habrá que “procurar” dilucidarlo.