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Dictadura sobre ruedas

Hace unos días leía unos viejos periódicos de 1981, eran los tiempos del dictador Luis García Meza. En uno de los artículos el entonces presidente aparecía junto a representantes del transporte sindicalizado del país; y en contexto uno de los dirigentes nacionales de ese gremio lanzó una frase que luego se hizo célebre.

“¡General! Díganos que número de pantalón usa, para parecernos a usted”, pronunció en esa ocasión el hombre fuerte del transporte.

Los transportistas sellaban así su acuerdo con García Meza. Unos años después, en el gobierno de Víctor Paz Estenssoro exigían hacerse cargo de la administración de la Empresa Nacional de Automotor (ENTA), que había nacido en 1987 para solucionar el emergente problema del transporte hacia El Alto. El Estado no tuvo otra opción que aceptar la exigencia del transporte. No tardó ni dos años y ENTA fue liquidado, se robaron los repuestos y nunca más volvieron los buses. Claro, la jugada era hacerse cargo de esa empresa para destruirla.

Por qué hago estas reflexiones, porque todos los alteños sufrimos diariamente y de manera descarada el mal servicio y la dictadura sobre ruedas impuesta por los choferes, y sin que se haya aprobado aún la tarifa de Bs 1,50, de facto ya están cobrando el pasaje con ese incremento. Debo recordar que en El Alto hay personas que viven al día, y en ferias como el sajra khatu de la zona Ballivián algunas madres de familia venden cajitas de fósforo y papel higiénico para sostener a sus hijos. Así y todo, ellas deben subirse a los destartalados y poco higiénicos minibuses para ir de un distrito a otro distrito, y deben sufrir, además, el mal trato de los conductores, para quienes ya “está corriendo el Bs 1,50”.

Los choferes ya hicieron subir los pasajes hace siete años, cuando de facto acordaron fragmentar las rutas. Por eso les pregunto, ¿de qué incremento hablan?, si con el trameaje ya elevaron sus costos.

Para mí esto de la elevación de pasajes solo es una cortina de humo, con el fin de no responder por los Bs 11 millones que los dirigentes del transporte público paceño recibieron en 11 años para construir una clínica, obra que jamás edificaron. Es una pena también que algunos medios caigan en esta trampa del incremento y no les pregunten por los cerca de Bs 111.000 que reciben cada mes por los 0,20 centavos del peaje.

Lo único que faltaría es que este sector sindical pida una representación en la Cámara de Diputados o de Senadores en las próximas elecciones de octubre. ¿Se imaginan eso? ¿En qué manos estaríamos? Por eso creo que los alteños deben resistir y no aceptar la arbitraria y abusiva elevación de los pasajes de Bs1 a Bs 1,50.

Es periodista de La Razón.