Menos serán más
Para mantener su caudal y ganar indecisos, la oposición tiene que ofrecer un programa claro
Cuando en diciembre publiqué el artículo Más serán menos, el panorama de la oposición boliviana era incierto y debilitado: Rubén Costas acaba de ser proclamado candidato presidencial del MDS; en noviembre el MSM definió a Juan Del Granado como su candidato presidencial; Samuel Doria Medina, líder de UN, trabajaba un Frente Amplio opositor (similar a la MUD venezolana o el homónimo uruguayo); además Félix Patzi se anunciaba con sectores disidentes del MAS, Adriana Gil con el FD, Eliseo Rodríguez con FPV, el MIR posiblemente con Jaime Paz Zamora, Jorge Quiroga por PVB-IEP, UCS con Johnny Fernández, Fernando Untoja por el PKN y la Bancada de CN repitiendo a Manfred Reyes Villa (inhabilitado por no residir permanentemente en el país). Y frente a estas opciones, el oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) apostaba a la reelección de Evo Morales con augurio de 74% de los votos.
Además, destaqué la similitud con la dispersa oposición en Nicaragua en 2011 (cuatro partidos) y Ecuador en 2013 (siete), que recibieron solo el 21 y el 43% de votos, respectivamente. Sin embargo, en las seccionales ecuatorianas de 2014 las alianzas entre movimientos opositores ganaron muchas prefecturas y alcaldías (entre éstas Quito, Guayaquil y Cuenca, las principales). Pasaron seis meses y en junio los principales opositores (UN y MDS) crearon, con la mayoría del Frente Amplio, la Concertación Unidad Demócrata (CUD) con Costas de coordinador y Doria Medina y Rubén Suárez Sattori como binomio presidencial.
Una encuesta de TAL CUAL de finales de mayo, conocida luego de la conformación de la CUD, ofrecía datos interesantes. De los 2.250 entrevistados, el 55,3% consideró que “el país iba por buen camino” (el departamento más optimista fue Santa Cruz: 68,5%), que “la economía familiar está buena o mejor” (70%) —Santa Cruz 80,9%— y que iba a mejorar o seguirá bien (72%) —Santa Cruz, 82%—; y el 72% aprobaba la gestión del presidente Morales (Santa Cruz en quinto lugar con 76,5%). Sin embargo, el correlato no se mantiene para las intenciones de voto, donde Morales Ayma obtiene el 41,9% versus el 39,1% para oposición en general (indecisos 18,5%), posiblemente porque el 50% considera que “ya cumplió su ciclo”. Las intenciones de voto sumadas de Doria Medina y Costas Aguilera fueron 32,3% (Del Granado Cosío, 4,6%), a menos de 10% del MAS.
Conclusiones obvias: para mantener su caudal y ganar indecisos (evitando discursos extremistas poco creíbles), la oposición tiene que ofrecer un programa claro y preciso, si desea eliminar la mayoría absoluta oficialista en la ALP y, de seguir la tendencia, hasta forzar una segunda vuelta. A su vez, el MSM no tendrá posibilidad presidencial, pero forzaría diputaciones en La Paz (quizás también en Pando y Chuquisaca) con el final político de su líder actual (y el posicionamiento indiscutible de Luis Revilla en su lugar). El MDS deberá fortalecer su bastión cruceño (Costas irá a reelección) para que Santa Cruz tenga bancadas nacional y departamental coherentes y proactivas. Por su lado, el MAS tendrá que potenciar su caudal para evitar ir a segunda vuelta. Reñido.