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¿Contracción económica en EEUU?

Al igual que algunos resultados del Mundial de Fútbol, sorprendió la caída del PIB trimestral de Estados Unidos en 2,9%, después de haber crecido en el cuarto trimestre de 2013 2,6%. Ahí bien los analistas esperaban una disminución, ésta era solo del 1%. Cabe recordar que EEUU había registrado 12 trimestres de crecimiento ininterrumpido, a diferencia de Europa, después de un descenso de 1,3% en el primer trimestre de 2011. La caída del 2,9% es la más alta después de las registradas durante la gran crisis de 2008. Para todo 2014, las perspectivas del FMI apuntaban a una tasa positiva del crecimiento del PIB estadounidense de 2,8%, una de las más altas para las economías avanzadas.

Al igual que varios directores técnicos del Mundial, las autoridades norteamericanas le echan la culpa de la caída del primer trimestre al crudo invierno, aunque reconocen que aún  no ha terminado el proceso de recuperación de la recesión. Sin embargo, si se analizan los datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos, se observa que solo el consumo privado contribuyó positivamente al PIB trimestral en el 0,7%. En cambio, las contribuciones de los otros componentes del gasto fueron negativas, el caso, por ejemplo, de la inversión privada (2%), las exportaciones netas (descontadas las importaciones) de bienes y servicios (1,5%) y el gasto público, con una contribución negativa del 0,14%; lo que explica la caída, 

Junto a los datos del PIB, las cifras muestran en mayo una tasa de inflación de 12 meses del 2,1%, que está por encima de la meta de largo plazo del 2% del Sistema Federal de la Reserva (Fed). Lo que preocupa es que el Fed justamente en su sesión del 18 de junio señaló que la inesperada declinación del PIB en el primer trimestre se debe principalmente a factores transitorios, y que sus proyecciones están por encima del 2% para el 2014. Informó, además, que a partir de julio continuará recortando sus compras mensuales de bonos en unos $us 10.000 millones (de $us 45.000 millones a 35.000 millones).

La buena noticia es que, a mayo, la tasa de desempleo se mantuvo en 6,3% y que la nómina de empleos no agrícolas subió en 217.000. La mala noticia es que la Fed retiró hace unos meses la tasa de desempleo como patrón para medir la fortaleza de la economía estadounidense y decidir sobre modificaciones a las tasas de interés. Ahora, la medición dependerá de un amplio rango de medidas para luego determinar si se elevan las tasas de interés, que desde 2008 están en un máximo de 0,25%.

Llama la atención las reacciones moderadas frente a una caída significativa del PIB, situación que si hubiera pasado en nuestro país tendría estrepitosas reacciones de algunos analistas y de la prensa. A pesar de ello, la situación de Estados Unidos muestra algunas señales que preocupan a la economía mundial, aunque si bien ya no es la locomotora de antes, una contracción de su actividad económica afecta a su desempeño, por lo que el presidente Obama debería dedicar más tiempo a sus problemas económicos internos, en lugar de andar interviniendo, como el Capitán América, donde no debiera. En el corto plazo, los conflictos en Medio Oriente y recientemente en Irak han hecho subir el precio del petróleo, en su calidad WTI, de un nivel cercano desde los 90 dólares el barril a principios de año a más de 105, aspecto que nos beneficia como país exportador de hidrocarburos.