Manipulación en el mercado de divisas
Los reguladores y los bancos centrales han quedado impotentes frente a la globalización financiera
Una noticia escueta en la BBC señalaba que varios operadores en el mercado de divisas Forex (Foreign Exchange Market) en Londres son objeto de escrutinio por parte de la Oficina de Fraudes Graves (SFO, por su sigla en inglés), acusados de manipular los tipos de cambio. Como se sabe, Londres es el centro mundial del intercambio de divisas. Forex es el mercado financiero más grande del mundo, con un volumen de negocios superior a los 5,3 trillones de dólares diarios, equivalente a un mes de operaciones de la bolsa de Nueva York. La mínima manipulación tiene fuertes repercusiones, como por ejemplo sobre los fondos de pensión.
Las divisas son comerciadas al precio de cotización de un determinado par de divisas, por ejemplo euro y dólar, a través de un broker. El mercado Forex es considerado un mercado interbancario y funciona electrónicamente en una red entre bancos durante las 24 horas del día, desde Tokio a Nueva York, pasando por Londres. Sin embargo, debido a la expansión de internet, existen compañías de Forex online que ofrecen el comercio para inversores minoristas. El Gobierno británico está preocupado por preservar la reputación de un mercado vital para la plaza de Londres, que alberga más del 40% de los intercambios de divisas, por encima de Estados Unidos, Singapur, Japón y Hong Kong.
La investigación de la Oficina de Fraudes Graves se suma a la indagación sobre posibles abusos de unos 15 bancos del mercado de divisas, como anunció en octubre de 2013 la Autoridad de Conducta Financiera (FCA, regulador financiero británico), investigaciones que se extendieron a Suiza y Estados Unidos. Para el gobernador del Banco de Inglaterra, la investigación del Forex podría convertirse en un escándalo mucho más caro que el que se desató en 2012 cuando se manipuló tasa de interés mundial de referencia Libor. Según la agencia AFP, las indagaciones tendrían en la mira a grandes bancos del sector como los estadounidenses de Citigroup y JP Morgan, el suizo UBS, el alemán Deutsche Bank o los británicos Barclays y Royal Bank of Scotland (RBS).
Después de la gran crisis financiera en 2008, parece que no se han aprendido las lecciones de dejar libremente a los mercados mundiales interbancarios de préstamos y de divisas, que se suponía trabajaban en condiciones de competencia perfecta por la presencia de muchos oferentes y muchos demandantes, de manera que se suponía no podían manipular ni la tasa de préstamos ni los precios de las divisas. Los escándalos de la tasa Libor y ahora del mercado de divisas demuestran que no se ha avanzado en una nueva arquitectura financiera, que implique una supervisión en el ámbito mundial.
Los reguladores locales y los bancos centrales han quedado impotentes frente a la globalización financiera, que implica millonarias transacciones diarias no por medios físicos, sino por medios electrónicos. El único cambio hasta ahora es que las sanciones no solo se limitarán a multas pequeñas en proporción al fraude cometido, sino que las sanciones se aplicarán en el marco de las nuevas reglas adoptadas por el Libor, que prevén en especial penas de cárcel para quienes cometan esos delitos, un gran avance.