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Caza furtiva de vicuñas

En los últimos años, cientos de vicuñas han muerto en el país y en las naciones vecinas a manos de cazadores furtivos que buscan apropiarse de su pelaje, altamente codiciado dentro y fuera de nuestras fronteras, por su gran calidad y delicada textura.

Estas amenazas son de tal magnitud que en días pasados criadores de camélidos de Perú, Chile, Argentina y Bolivia se reunieron en un evento internacional para coordinar estrategias y mecanismos de control que contrarresten la caza furtiva y la comercialización ilícita de la lana de vicuñas.

Este atentado no solo representa una seria amenaza para la biodiversidad, sino también para los pobladores cuyos ingresos dependen de estos animales. De allí la importancia de que los comunarios, pero sobre todo las autoridades (llamadas a hacer cumplir la ley y evitar este tipo de ilícitos) adopten medidas orientadas a identificar  y sancionar a los responsables de estos delitos, movilizando incluso militares de ser necesario.

Al mismo tiempo sería deseable que se ataque la demanda, con campañas de educación que enseñen a la población la importancia de no comprar ni comercializar pieles, plumas o fibra de animales silvestres, pues esa sin duda es la mejor manera de preservar el patrimonio natural de     todos los bolivianos.