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Reordenamiento vial

Hace una semana comenzó el reordenamiento vial de la zona Sur de La Paz, iniciativa impulsada por la Subalcaldía de ese distrito con el objetivo de resolver la creciente congestión vehicular que amenazaba con colapsar el tráfico. Como era previsible, el cambio de rutas provocó confusión en los primeros días, con la consiguiente molestia de los conductores.

El plan municipal es ambicioso: ha cambiado la dirección de algunas calles que comunican Calacoto con barrios vecinos como Irpavi, Achumani, Cota Cota y, particularmente, San Miguel; se ha instalado nueva señalización vertical; y están funcionando nuevos semáforos. Asimismo, la Guardia Municipal está desplegada en toda la zona ordenando el tráfico y brindando información a los conductores.

Inevitablemente, el cambio de rutas, pese a haber sido anunciado con suficiente anticipación y estar siendo abundantemente publicitado, ha causado molestia en muchas y muchos conductores, para quienes las modificaciones siguen sin ser claras, a lo que se suma una natural tendencia entre las personas a resistir todo cambio que implique dejar lo bien conocido, incluso si, como en este caso, está pensado para mejor.

Los primeros siete días del plan de reordenamiento vial han servido asimismo para identificar dónde están las fallas que requieren ajustes. Entre ellas está la falta de señalización en los lugares donde está prohibido estacionar, pues muchos conductores resultaron sorprendidos al ser sancionados como infractores al dejar sus coches allí donde siempre lo habían hecho. Y el aspecto que más ajuste requiere de parte de la municipalidad es el de los nuevos semáforos, pues hay intersecciones donde el tiempo no parece ser el más apropiado ya que, especialmente en horas pico, se producen embotellamientos tan severos que hacen dudar de la efectividad del reordenamiento.

Sin embargo, más allá de estos detalles técnicos, que no son menores y exigen solución inmediata, el principal obstáculo para el éxito de este o cualquier plan de reordenamiento vial está en la actitud de las y los conductores. Para nadie es desconocido que en La Paz conducir un coche es una tarea altamente tensionante, y lo es especialmente por la proverbial falta de respeto a las más elementales normas de tránsito que exhiben muchas de las personas detrás del volante, lo cual produce una suerte de círculo vicioso, pues hasta los más considerados terminan asumiendo que no hay otra forma de comportarse en las calles.

Hay, pues, mucho por hacer para terminar de resolver el tráfico vehicular en la zona Sur de La Paz, y es evidente que no depende únicamente de las autoridades municipales, que tienen la responsabilidad de proveer educación vial, sino también de toda la sociedad, que mientras no comience a respetar las normas que facilitan la vida común, seguirán sufriendo todos los males que se quisiera eliminar.