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¿Sorpresa en el crecimiento de EEUU?

La evolución del PIB de Estados Unidos durante el segundo trimestre de 2014 volvió a generar sorpresa, después de su inesperada caída del 2,1%  en el primer trimestre del año. Ahora la noticia es positiva, puesto que la economía estadounidense creció 4% en comparación al trimestre precedente. Los factores determinantes de este crecimiento fueron la inversión privada y el consumo de los hogares. Habría que dar fe a la presidenta del Federal Reserve Bank (Janet Yellen) cuando dijo que la caída en el primer trimestre se debía a factores transitorios.

Parte de ese 4% de crecimiento resultaría de un efecto rebote por la caída del trimestre precedente. Por eso,  los economistas preferimos comparar con el mismo trimestre, pero del año anterior; es decir, con el segundo trimestre de 2013. De esta forma, el crecimiento del PIB muestra una tasa menor, 2,4%, parecida al ritmo de crecimiento anual de los últimos años.

Sin embargo, de todas maneras preocupa la precariedad del crecimiento y del empleo. Por una parte, según datos oficiales, la productividad (medida como el producto generado en una hora laboral) solo aumentó 5% en casi cinco años, es decir a un ritmo de 1% anual. Por otra parte, el costo laboral unitario por hora, que llega a ser la retribución del trabajo, aumentó solamente 2,8% en los últimos cinco años, de un nivel (o índice) de 100 en 2009, a 102,8 en julio de 2014.

Desde el punto de vista del empleo, parece que el sueño americano, después de una larga siesta, está comenzando a convertirse en una especie de pesadilla laboral.

Si bien la tasa de desempleo, que se había disparado a 10% a raíz de la crisis financiera y del comercio mundial de 2008, ha ido bajando en los últimos años hasta descender a 6,2% a julio de 2014. Sin embargo, este porcentaje  está todavía lejos de la tasa cercana al pleno empleo de 2007, cuando superó levemente el 4%, confirmando que se trata de una recuperación sin empleo.

En una entrevista publicada por el diario español El País el 10 de agosto, Tyler Cowen —autor del libro El Gran Estancamiento, en el que señala que la era del crecimiento rápido y fácil había terminado, y del texto Adiós al ingreso promedio (Average is over), en el que indica que el dinamismo de la economía americana y su flexibilidad laboral han cambiado radicalmente— afirmaba que “Los números revelan que en los últimos 15 años el nivel de vida medio de un hogar estadounidense típico ha caído entre el 5% y el 10%. Lo que, claro está, es malo. Me parece bastante plausible decir que bajará otro 5% o 10% más en los próximos 10 o 15 años. Lo que, claro está, también es malo”.

Cowen plantea que Estados Unidos se caracteriza por generar menos ingresos para las clases medias, más desigualdades entre los ciudadanos con acceso a una educación de calidad y trabajos bien remunerados respecto a los no educados, sector de la población que se conforma con trabajos precarios y con  una economía que no crece lo suficiente para elevar el nivel de vida de la mayoría. Y más aún, como el crecimiento es lento, las personas que están abajo no suben tan rápido, como en los años 60. Incluso para los más educados el problema es difícil: “Si usted mira las ofertas de salarios para las personas con título universitario en Estados Unidos, dejaron de crecer hacia 1999”, agrega el investigador norteamericano.

Parece que la tendencia laboral en EEUU es hacia un casi estancamiento con empleos precarios. El presidente Obama debería preocuparse un poquito más por su propia casa.