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Y se hacen los locos

La violencia hacia las mujeres estructura el sistema de dominación y opresión en el que infelizmente vivimos. Es sobre nuestros cuerpos de mujeres que el capitalismo neoliberal, por ejemplo, aprende a explotar y se recicla cada día. El racismo se configura sobre la discriminación hacia las mujeres. Todas las opresiones y discriminaciones (que son las formas de la dominación con las que una clase, una raza, usufructúan privilegios económicos, sociales, políticos, culturales y religiosos) se construyen y configuran sobre el cuerpo de las mujeres. Por eso las revoluciones han fracasado, pues lentamente han vuelto a erguir una sociedad con discriminaciones/opresiones/explotaciones y privilegios que decían combatir.

Las mujeres no nos valoramos, no creemos que somos la mitad de cada revolución. Dejamos nuestras reivindicaciones al último. No nos parece que la violencia que viven nuestros cuerpos sea importante. Tenemos que justificar cada lucha por nosotras, siempre nos sentimos culpables de pedir algo para nosotras.

Ninguna persona admite sobre su cuerpo dominación o explotación, por eso a las mujeres nos tuvieron que someter con violencia. Claro, después de largas luchas solo nos quedan los mitos de amazonas y guerreras en todas partes del mundo. Se han desarrollado mecanismos para que, como mujeres, aprendamos  desde que nacemos a ser “mujercitas”. Es la feminización de nuestros cuerpos. Hemos aprendido a ser serviles, siempre dispuestas a servir a los compañeros hombres.

Y en política esto también ocurre. Servimos a los fines políticos de los compañeros/hombres so pretexto de que ellos están luchando por todos.

Sí, claro, están luchando por todos los hombres y por mínimas cosas para las mujeres. Somos nosotras las que vamos a defender nuestras reivindicaciones. La forma cómo se resuelven las declaraciones machistas, violentas, de golpeadores, violadores, candidatos y autoridades del MAS no ameritan más líos; tampoco amerita la forma cuidadosa en la que se trata a asesinos empresarios de cuello blanco. Ni para la izquierda ni para la derecha neoliberal las mujeres somos tan importantes como los compañeros hombres.

Se declaró el 24 de mayo Día Contra el Racismo a propósito de los actos en Sucre; y está bien, pero para las declaraciones de Ciro Zabala, una disculpa y basta.

¡Ameritaba su expulsión, condena, 5.000 adobes! Como mínimo. Claro que la derecha usa nuestras contradicciones, por eso hay que ser consecuentes. Si nos indignamos contra las injusticias, opresiones y discriminaciones, tenemos que indignarnos también contra el machismo que afecta a las mujeres, que somos la mitad de la población boliviana y la mitad de los votantes. Los machistas de un lado y del otro se hacen los locos. Ciro Zabala, por vergüenza, por dignidad, debería renunciar; pero sinvergüenza y machistamente va a seguir. Nosotras convocamos a no votar por él, no debe ser senador del Estado Plurinacional comunitario de Bolivia.