El lenguaje del futuro
Al sistema educativo no le va a quedar otra que incluir en las mallas curriculares el arte de programar.
En un futuro no muy lejano las personas van a necesitar aprender un nuevo lenguaje, y no me refiero al chino o al alemán, de hecho no será uno solo, serán varios lenguajes de programación. Puesto que la sociedad digital crece cada día más, al sistema educativo no le va a quedar más opción que incluir en las mallas curriculares el arte de programar.
Los lenguajes artificiales construidos por algoritmos y estructuras de datos permiten resolver distintos problemas, e incluso adquieren el estilo propio del programador. Ciertamente hoy en día en muchas escuelas se imparte la asignatura de informática. Sin embargo, en esta materia se aprende solamente a usar correctamente los programas diseñados por otras personas, como Word, Excel o alguna otra herramienta para navegar en la web; algo totalmente distinto a lo que realiza un desarrollador de programas.
Con ayuda de una programación didáctica, eliminando la sintaxis rígida que vuelve aburrida a esta rama de la informática, los niños y jóvenes podrían aprender a pensar creativamente, tendrían un mejor razonamiento y podrían resolver problemas sistemáticamente, en colaboración e interacción con sus demás compañeros. A los jóvenes se les podría enseñar sobre robótica básica. Este tipo de educación fortalecería el uso de las matemáticas, y en particular del álgebra, pilares para la creación de algoritmos de programación. Para tal efecto existen programas de código abierto como Scratch, RoboMind, Alice, etcétera.
Esperemos que el próximo gobierno le dé la importancia debida a las computadoras que están siendo entregadas a las escuelas públicas del país, de tal manera que se aproveche al máximo esos equipos. Así, las nuevas generaciones sabrán cómo defenderse en el agresivo mundo virtual, y al mismo tiempo podrán abrir sus mentes a las nuevas herramientas y aplicaciones tecnológicas.
Actualmente en el país nos limitamos a consumir contenidos a través de internet, y ni siquiera se nos pasa por la mente que nosotros también podemos desarrollar nuevas tecnologías. Y no me refiero a ensamblar los aparatos, sino a crear y adaptar programas y mecanismos que responsan a nuestras necesidades y nos ayuden a resolver los problemas propios de nuestra sociedad. Por caso, se podría masificar el uso de firmas digitales y eliminar la burocracia, de tal manera que se pueda realizar la mayor parte de los trámites desde una computadora.
Sin soñar demasiado, espero poder ver el día en que el país cuente con un Ministerio de Ciencia y Tecnología que ayude a crear nuestro propio sistema operativo, que nos permita, entre otras ventajas, desarrollar investigaciones sobre robótica e inteligencia artificial para bien de nuestro país.