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¡Que alguien me explique!

La primavera paceña se hace esperar. Las lluvias y un inusual frío continúan arrastrando los residuos del invierno. Puede ser por eso que muchos ciudadanos no muestran la efervescencia electoral de otras ocasiones. Mi compadre Teo me dice que no es eso, sino que la gente ya sabe por quién votar y por eso a nadie le interesa los debates y dislates que se producen en los medios. Por ejemplo, una candidata representante de los gremiales del Movimiento Sin Miedo (o Sin Remedio), dice que si obtiene un curul, lo primero que hará será derogar todas las normas municipales que afectan a su grupo. Por favor, ¡que alguien me explique! ¿No es acaso su jefe, cuando fungía de alcalde, quien intentó, con resoluciones, afanosamente y a medias, organizar a su gremio?

El candidato corredor, que deja su Mercedes Benz para trotar una cuadra, ofrece a los posibles inversores para explorar nuevos campos gasíferos el 50% de las ganancias, cuando uno de los detonantes de los cambios políticos fue precisamente la enajenación de la riqueza a manos de las transnacionales. Pero no solo eso, ahora piensa que capacitándonos en corte y confección y trabajos manuales en goma eva vamos a salir de la miseria, sabiendo que hace unas semanas los fabricantes bolivianos de ropa hicieron demostraciones para impedir la internación de ropa usada, y cuyo responsable, junto a otros, es el candidato trotador. Durante los gobiernos neoliberales promulgaron un decreto que permitía la libre internación de estos productos de segunda mano.

¡Que alguien me explique! ¿Por qué un candidato con tres décadas de experiencia no se da tiempo para mirar a su alrededor, con el agravante de que desde el Viceministerio de Educación Alternativa y Especial se capacita en confección textil, cerrajería y carpintería con aglomerados por la escasez de materia prima, salud y otras ramas en todas las regiones del país y con poblaciones heterogéneas? Por si fuera poco, dice que él y su candidato a vicepresidente se encargarán “personalmente” de la lucha contra la inseguridad ciudadana; es decir, una especie criolla de sargento Gorgori de Los Simpson.

El candidato parlanchín tuvo el talento de recolectar a los residuos conservadores del PDC, MNR, MIR y de una molécula del malhadado PS-1, cuyo poder de convocatoria es nulo y hasta repelente por el giro de mil grados. Uno de sus adherentes me dijo: “Tiene el mismo apellido que Marcelo, además es cochabambino y su color es ¡el rojo! Debe ser socialista”. Y me comentó que luego de la derrota su candidato retornará a EEUU a recibir instrucciones para volver en cinco años.

El candidato caminante, con todas las ventajas a su favor, ve a los intelectuales en sus debates televisivos, desde el palco presidencial y, como un supuesto filósofo, perdió el libreto al enredarse en su propia terminología (seguramente para intentar impresionar) y calificó a los bolivianos de raquíticos, prefigurando a otro “enredoncio” de la política boliviana. Es que acaso no recuerdan la máxima de Ortega y Gasset: “La gentileza de un filósofo está en trasmitir sus ideas con palabras claras”. ¡Que alguien me explique por qué en vez de aprovechar estos espacios mediáticos para fortalecer la democracia son usados para enturbiar y confundir a la población! Este grupículo tiene la ilusión de generar alguna influencia sobre lo que piensa la población, pero saben que no es así, por eso terminan anonadados con la realidad a la que acceden a tropezones.

Bolivia cuenta ahora con la Ley 530, del Patrimonio Cultural Boliviano, promulgada el 23 de mayo del 2014, que en su artículo 21 dice: “Es obligación de todo ciudadano boliviano o extranjero residente en Bolivia proteger y cuidar el Patrimonio Cultural Boliviano”; y con la mediación de otro decreto inmediatamente se procede a la demolición de un inmueble construido en 1821 que era considerado Patrimonio Arquitectónico para convertirse en la Casa del Pueblo. ¡Que alguien me explique por qué siempre hacemos lo contrario!