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Premio para Silvia Rivera Cusicanqui

Cuánta alegría me dio saber que nuestra kullaka (o hermana) Silvia Rivera Cusicanqui fue galardonada con el Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanas, en la categoría “Premio a la Trayectoria Intelectual” del Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB). Es un reconocimiento a su extraordinaria trayectoria intelectual y académica en nuestro país, porque en el ámbito internacional hace mucho tiempo que su trabajo constituye un importante referente en las ciencias sociales y humanas.

Sin el ánimo de historiar su trayectoria intelectual, deseo destacar algunos pasajes compartidos en los 80. La conocí en la UMSA en calidad de estudiante de sociología y en poco tiempo, por nuestras ideas y prácticas afines, confluimos en 1983 en una comunidad a la que llamamos Taller de Historia Oral Andina (THOA). En esa época, ella ya escribía y leía correctamente el aymara, mientras que nosotros lo hacíamos con cierta dificultad, y le encantaba dialogar en ese idioma con nosotros para mejorar. Aprendimos de sus lecturas de historia crítica y particularmente andina sobre un sinfín de autores y temas. Tiempo después fusionamos la memoria oral con la memoria colectiva y las historias de vida que se habían comenzado a esbozar teóricamente.

Silvia no es la típica intelectual encerrada en su casa, con sus libros, es una intelectual que vive y aprende empíricamente las realidades de nuestro país y sobre todo las realidades marginadas, discriminadas y explotadas. Producto de ese primer gran diálogo y reflexión colectiva del THOA surgió la investigación denominada “El indio Santos Marka T’ula. Cacique principal de los ayllus de Qallapa y apoderado general de las comunidades originarias de la República”, publicada en 1984. Varios compañeros, incluida Silvia, presentamos la primera edición de ese folleto en Ch’uxña (provincia Gualberto Villarroel-La Paz), la comunidad de Santos Marka T’ula. En el largo viaje (Silvia se ofreció llevarnos en su “auto viejito”) nos tocó atravesar varios bloqueos de caminos; y tuvimos que retornar a la madrugada del día siguiente, pijchando coca y muy felices después de haber compartido una experiencia colectiva que fue “devuelta” en folleto a las comunidades de Marka T’ula. Esto fue lo más gratificante para nosotros. Así de sencilla y comprometida es y creo que será siempre Silvia.

También recuerdo que su obra cumbre, “Oprimidos pero no vencidos” de 1984, fue presentada en la ciudad de La Paz ante una masiva concurrencia de dirigentes de la CSUTCB, encabezada por Jenaro Flores Santos. El reconocimiento coincide con la celebración de los 30 años de la primera edición de esta obra referencial para entender la Bolivia india, particularmente aymara y quechua. Es la gran contribución de Silvia, con una crítica al nacionalismo revolucionario. Este documento es la base de sus reflexiones teóricas posteriores, como del concepto de colonialismo interno, de la que es una de sus grandes difusoras.

Silvia Rivera se ha dedicado y aún se dedica a la actividad de investigación social con un fuerte compromiso y militancia intelectual, lo que le ha permitido aportar al conocimiento y con nuevas visiones del mundo indio y campesino, así como de las mujeres. Otros conceptos como el de historia larga e historia corta o el de ch’ixi o gris (mestizaje anticolonial) son herramientas para el uso de nuestra realidad compleja. Jallalla kullaka Silvia, wali suma thakhiru sarantaskakima.