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A-prender Miuras

Qué es un Miura? “Cuando en tauromaquia se habla de un toro bravo de inmediato se le asocia con un toro de Miura (…) un animal con características salvajes, indómitas y cuya leyenda de muerte se mantiene en el tiempo (…) la leyenda negra de los Miura los persigue por años” (Miura, los toros del miedo, Andrés Sánchez Alayo). Aunque soy contrario declarado de la tauromaquia, no me queda duda de que la realidad política es un Miura que debe ser agarrado por los cuernos para frenar (si se puede) su embestida.

Empezando por el presidente Barack Obama. La economía estadounidense es la única entre las del G7 (o del G20, si se quiere no expulsar a Rusia) en recuperación. En EEUU surgen más de 100.000 empleos cada mes, los índices bursátiles registran números positivos y gracias al Obamacare millones de nuevos afiliados que no podían acceder a ningún seguro tienen hoy servicios de salud (en un país donde la medicina no asegurada es, con mucho, cara). ¿Por qué, entonces, las elecciones legislativas intermedias le dieron la espalda? Por pusilánime, por indeciso y por no cumplir promesas (como la reforma migratoria). Difíciles (dificilísimos) van a ser para Obama los dos años finales que restan para que acabe su gestión, y su legado podrá llegar a ser tan poco recordado (a pesar de los éxitos que sí tuvo) como el que dejó Jimmy Carter.

Enrique Peña Nieto podrá pasar a la historia de México como el presidente que gobernó consensuando e hizo las reformas estructurales principales, pero que no pudo (o no quiso) acabar con el desgaste de la clase política y sus prácticas corruptas y deleznables. La masacre de los 43 estudiantes de Ayotzinapa (en el estado de Guerrero, uno de los tres gobernados por el PRD, de izquierda) devela, trágicamente, el contubernio de una parte de la clase política (como el exalcalde de Ayala José Luis Abarca, del PRI en gobierno, y otras autoridades) con la narcoviolencia.

Tampoco la oposición boliviana agarró su Miura por los cuernos ni piensa agarrarlo. Fracasó en las elecciones de 2014 por estar dividida, por dirigir la pelea principal entre sí y autofagocitarse (como aprendió el MSM con su soberbia). Para las elecciones de 2015 ya los anuncios son de división y no de unión. En general, siempre un gran favor para el oficialismo, que vence por propios méritos de caudal político, pero que no desgana esas indulgencias ajenas, que con beneficio mira de palco.

Sin embargo a la presidenta relegida Rousseff es a quien más difícil le será su Miura. Recesión (eufemísticamente “técnica”), bajas exportaciones, más inflación, reducción del valor adquisitivo, malos servicios, alta corrupción, “éxitos” (PreSal) al borde del bluff, menor inversión, papel regional a la zaga del Alba… Frente a esto, protestas latentes y oposición que crece a su costa. Y el Miura son las soluciones necesarias que propuso la oposición, aceptarlas significaría abandonar espacios y desnudar falencias (y peligrar corruptos).