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Wikipedia y la naturaleza

Sorprende cómo la naturaleza va por delante del hombre, quien no atina a entender lo que sucede. Debería llamarse a la reflexión y reconocer que su soberbia, el querer imponerse por sobre lo natural, solo lo destruye. “Me encanta… y lo explica bien clarito” escribió mi amiga Luisa de Orleans y Braganza al poner en Facebook un corto de Natureisspeaking.com con la voz de Julia Roberts hablando como “Mother nature” (Madre naturaleza) asegurando que “ya tengo más de 4.500 millones de años, estoy preparada para evolucionar, no necesito a los humanos, sino que ellos necesitan de mí, no importa lo que el hombre haga, si me sigue, evoluciona conmigo, si no, se destruye”. Clarito, pero a muchos no les conviene entender.

Muy prestigiosa era la Enciclopedia Británica hasta que apareció Wikipedia,  que la superó. Ahora, la primera característica de la Wiki es que cualquiera puede escribir y de los temas más “académicos”, sin necesidad de mostrar ningún título universitario “habilitante” ni haber aprobado ningún examen. Basta con algo tan elemental como decir la verdad, aunque la diga un niño o un lego. En esto, se había adelantado mi científico preferido, el epistemólogo Paul Feyerabend, quien dijo que el sentido común de las personas era más creíble que las proposiciones de los “expertos”.

La otra característica de esta enciclopedia es que no tiene “gobierno” en el sentido de que no existe una “autoridad” que coactivamente impone, finalmente, su criterio. Las personas se organizan espontáneamente —naturalmente— y así va surgiendo la verdad con la autoridad del líder moral que cobra prestigio por su trabajo honesto y serio. Precisamente la violencia se define como aquello —extrínseco— que pretende “desviar” el curso natural de la vida. Por ello que su “autoridad” solo destruye. Por el contrario, la naturaleza tiene un orden sapientísimo, que cuando se respeta —no se lo violenta— conduce a la verdad, como en Wikipedia.

Pero, claro, una internet que evolucione sin respetar a la “autoridad coactiva” al punto de que le importa un rábano sus “expertos” (los que tienen títulos habilitantes otorgados por el Estado) es demasiado peligroso y, por ende, los políticos intentan controlarla. En una actitud demagógica, la ONU en 2011 declaró a internet un “derecho humano” y, por tanto, un “derecho universal de fácil acceso para cualquiera”, y exhortó a los gobiernos a garantizarlo. Por cierto que cualquier acción de los políticos implica el uso de la “autoridad” coactiva para imponerse… contra la naturaleza.

El Gobierno argentino se hizo eco con el reciente proyecto para “abrir el mercado de las telecomunicaciones”. Se buscaría “garantizar el acceso neutral” a las redes, lo que suena irónico, cuando recae la sospecha sobre el mismo Gobierno de que está manipulando hasta la “justicia”. Obama pareciera haberse copiado de Argentina y acaba de lanzar un comunicado donde asegura que quiere una internet “neutra”, y le pide a la FCC (el organismo regulador de las telecomunicaciones) que reclasifique el acceso a internet como un servicio público, como el agua o la electricidad. Varias asociaciones de internautas, como la conocida Electronic Frontier Foundation, creen que un control “es una amenaza para el motor que ha permitido a start-ups y jóvenes construir la internet que amamos” y que seguramente esta demagogia sirve para disimular el monopolio y otros beneficios para las grandes empresas y grupos de poder.