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Invertir en educación

Días atrás, el Banco Mundial presentó un informe sobre la inversión en educación que hacen los Estados del mundo, y Bolivia apareció entre los diez países con mayor inversión pública en el rubro. La noticia llenó de plácemes a las autoridades del Gobierno y no faltaron especialistas y comentadores que relativizaron la importancia del dato. Bolivia mejora su educación.

En efecto, según el ranking en inversión e incentivo a la educación realizado por el Banco Mundial (BM) en el periodo 2009-2013, Bolivia está entre los países que mayor porcentaje de su Producto Interno Bruto (PIB) destina a costear la educación pública. La nación que más invierte es Cuba, que destina alrededor del 13% de su PIB; Bolivia presupuesta hasta el 6,9%, lo mismo que Venezuela.

Para las autoridades del Gobierno, este indicador, además de elogioso, es casi una certificación de que reconoce y valora justamente la importancia de la educación de la población. La inversión pública en el sistema educativo se ve complementada, además, con políticas de desarrollo industrial y tecnológico que aportan al crecimiento de dicho sistema con, por ejemplo, computadoras personales para la formación de las y los estudiantes.

Desde la vereda opuesta, las críticas han ido desde el cuestionamiento al hecho de que el Gobierno aprecie las valoraciones del BM luego de haberlo criticado tanto, hasta que el porcentaje no muestra la cantidad efectiva de dinero que llega a la educación en cada país, particularmente Bolivia.

Lo que debe observarse, sin embargo, es que al margen de la fuente que ha calculado el indicador, y las cifras absolutas expresadas en Bs por persona, en el país nunca antes se había destinado un porcentaje superior al 5% en este rubro del presupuesto. Significa, pues, que hace un aporte mayor que sus vecinos de la región en esta área tan sensible como estratégica para el desarrollo.

Según el ranking del BM, en segundo lugar se sitúa la República Democrática de Timor Oriental, que invirtió 11,3% en 2009; 10,5% en 2010 y 9,4% en 2001. Siguen Dinamarca con 8,7%; Ghana, 8,1%; Islandia y Tailandia con 7,6%; Nueva Zelanda, 7,4%; Chipre, 7,3%, y Venezuela y Bolivia, cada uno, con el 6,9% de su PIB invertido en temas educativos. Los datos muestran que en la región Costa Rica y Argentina invierten el 6,3% del PIB cada uno; Brasil, 5,8%; Jamaica, 6,1%; México, 5,2%; Chile, 4,5%; Paraguay, 4,8%, y Uruguay, 5,3%.

Hay, pues, evidencia de que a pesar de que siempre puede hacerse más por la educación, probablemente la única inversión verdaderamente rentable en el largo plazo, Bolivia destaca por su mayor contribución estatal a la formación de sus futuras generaciones. Las constantes muestras de talento e ingenio de niños y jóvenes que sobresalen  a pesar de las limitaciones materiales son la más clara muestra de que es la mejor inversión posible.