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Transitar por los aires

Actualmente, la mayoría de las ciudades en crecimiento requiere de nuevas y distintas formas de transporte vehicular por la vida dinámica y las distancias que la población debe recorrer a través de las “constelaciones” de los territorios.

El proyecto municipal Tutel apareció hace más de 40 años con el fin de solucionar el problema del transporte público que ya se presentaba desde entonces en La Paz. Empero, solo quedó como idea.

Luego, en la década del 2000, reapareció la propuesta de un teleférico, desarticulando al original con nuevas rutas (como la de El Alto a la Capitán Ravelo) y nuevas dimensiones que comprendían a 20 personas por cubículo. Aquella propuesta tuvo reacciones inmediatas de oposición radical, que objetaban el impacto que causaría el teleférico por sus dimensiones y la ruta que debía seguir —prácticamente sobre el Monoblock de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA)—.

Hoy, sin embargo, La Paz cuenta con tres líneas de teleférico. La tendencia expansiva de la ciudad y su permanente transformación espacial han logrado que esa presencia de tránsito público por los aires sea acogida amablemente por los habitantes paceños, para luego —con un entusiasmo singular— formar parte de su esparcimiento los fines de semana. Una muestra de su conformidad y la conquista de su derecho a la ciudad.

No cabe duda de que aquello está respaldado por las sensaciones que produce el transitar por las alturas, y la satisfacción de contar con un medio de transporte distinto. Sin olvidar el atractivo formal y funcional de sus estaciones y la calidad de su construcción. A pesar de ello, la transformación total del transporte público aún no ha llegado a la urbe y sigue siendo una necesidad de primer orden que espera el usuario.

Si bien hoy contamos con una diversidad de medios como el teleférico, los buses PumaKatari y otros, resulta paradójico que aún no se cuente con un transporte planificado y articulado entre sí, que sea capaz de complementar las diferentes direcciones y definir en tiempo y espacio el cambio de sus conexiones y rutas entre redes. Una postergación que debiera recordar a los responsables que toda urbe pertenece a la ciudadanía.

Asimismo es de fundamental importancia que el teleférico sea mejor aprovechado en La Paz. Y es que, además de su función de transporte público, se debería pensar  en la creación de proyectos espaciales que lo revaloren más, por ejemplo, con parques interactivos, recreacionales y, por añadidura, comerciales. Éstos podrían estar habilitados entre sus recorridos y cerca de algunas de sus estaciones.

Es más que evidente que hoy el teleférico forma parte fundamental del turismo de La Paz y esto significa comprender que si es bien aprovechado, contaremos con la industria sin chimeneas más importante de algunas ciudades.