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Males del monopolio

En noviembre del año pasado, la APS lanzó una licitación pública para la comercialización del Seguro Obligatorio contra Accidentes de Tránsito (SOAT) para 2015. Pese a la gran cantidad de seguros que se vendieron en 2014 (1.128.000), solamente una de las tres compañías que se presentaron fue elegida. Como es de suponer, esta decisión generó malestar no solo entre las firmas descalificadas (por “problemas técnico-financieros”, a decir de la autoridad), sino también entre los choferes y conductores particulares, quienes manifestaron su preocupación por el hecho de que una sola empresa provea el seguro.

Desafortunadamente estas inquietudes se han visto confirmadas. Ante la ausencia de competencia, la compañía Alianza no se ha preocupado por instalar varios puntos de venta a lo largo y ancho de las ciudades, lo que se ha traducido en largas colas en los pocos sitios habilitados para tal efecto. Un escenario bastante diferente al de la gestión anterior, en el que las empresas salían a la “caza” de los usuarios. E incluso ni siquiera ha previsto la cantidad de rosetas necesarias para los seguros.

Es de esperar que estas deficiencias no se repitan a la hora de cubrir accidentes, y que las autoridades comprendan la importancia de promover una sana y transparente competencia en todos los rubros.